Quien camina descalzo por su casa corre el riesgo de golpearse algún dedo del pie con cualquier mueble. Es algo que a mi me sucede con cierta frecuencia y, aunque casi nunca pasa de una sensación molesta pero breve y tolerable, en ocasiones el dolor que me produce dicho episodio traumático es tan intenso que me hace «ver las estrellas» y soltar algún improperio que no voy a reproducir aquí.
Las estrellas se ven muy bien en una noche despejada, lejos de luces artificiales y mejor si no hay luna. Sin embargo, también puede uno verlas incluso en pleno día si sufre un fuerte impacto en la cabeza o en el ojo. (2) A este respecto dicen en Torrellas que alguien «ha visto las estrellas en claro» debido al intenso dolor que le ha ocasionado una caída o un fuerte golpe, independientemente de que sea de día o de noche.
Todos hemos visto además innumerables veces el recurso gráfico de estrellas dibujadas alrededor de las cabezas de los personajes de los dibujos animados o de los comics, asociadas a los efectos de un gran impacto.
Y es que los golpes y las caídas producen heridas que tienen en Torrellas nombres muy diversos. Como la «brochalera», raja o brecha muy fea que se puede producir en la pierna o el brazo pero especialmente en la cabeza, sobre todo si te dan una pedrada. Las brochaleras hay que curarlas bien ya que, de lo contrario, pueden «engriviarse» o empeorar.
De menor gravedad es un «cosque» golpe dado también en la cabeza con los nudillos de la mano cerrada sin intención de producir sangre pero sí de que duela.
En ocasiones no se hace distinción entre un golpe y una caída, sino que se dice que alguien se ha dado un «cacharrazo». Tampoco en si uno da un golpe: "como te muevas te arreo un cascañetazo" o lo recibe: "menudo cascañetazo me he dado con la puerta del armario". Si el cascañetazo se lo lleva un objeto le suele quedar un «ñeque», una marca, señal o abolladura debido a un golpe. Un ñeque puede ser también un desconchado en un mueble o una pared.
Una «culetada» es, de nuevo, tanto un golpe como una caída, en este caso de culo. Pero si alguien consigue hacerse sitio en un banco a fuerza de «culetazos», lo hace a base de golpes propinados con el trasero a los que estaban ya tan cómodamente sentados en él.
También se puede alguien caer al suelo sobre el vientre, en cuyo caso se dice que se ha «espanzurrao», por aquello de la panza o barriga. Esta caída suele producirse si alguien te ha dado un «empentón», o empujado con fuerza. Si en la caída aplastas a alguien, el pobre queda «escachuflao» o también «escachao»; vamos, bastante estropeado.
«Esmorritarse» es romperse los morros, o más finamente los labios, en una caída. También se dice que un vaso o un plato están "esmorrillaos" si están rotos por el canto. Los morros también te los pueden romper de una «morrada», expresión que puede utilizarse en un sentido amplio de golpe o torta sin tener que ser forzosamente en los morros.
Una expresión muy utilizada por los torrellanos es «se ha caído una volteta», que igual se utiliza si te has caído de la bicicleta que si te ha pillado la vaca en fiestas. Algunos autores afirman que "volteta" puede ser otra forma de decir "voltereta", algo con lo que no estoy de acuerdo.
Una voltereta consiste en girar o dar la vuelta sobre uno mismo, ejercicio gimnástico que se realiza de manera voluntaria. Mientras que una volteta es una caída aparatosa y espectacular, de la que se ríen mucho quienes la observan pero que no tiene ninguna gracia para el que la sufre. En cualquier caso, volteta es una de mis palabras torrellanas favoritas.
Las voltetas también se pueden producir debido a un «esbarizón», es decir, cuando te «esbaras» o «esbarizas», sinónimos de resbalar. A causa de las caídas es común tener algún «escortezón» , la típica desolladura que llevábamos muchas veces en las rodillas.
Nuestras madres solían repetirnos «¡como te caigas, te vas romper la crisma!», pensando que crisma es sinónimo de cabeza aunque no es así. "El" crisma es un aceite consagrado que el sacerdote utiliza para ungir a los fieles en varios actos religiosos como el bautismo y la confirmación. Como se aplica en la frente, el lenguaje popular ha hecho que hayamos ligado el concepto de "partirse la crisma" con "romperse la cabeza".
No puedo terminar sin dejar de referirme a los «macos», aquellos puñetazos que nos arreábamos en los hombros para demostrar nuestra fuerza. La cosa se organizaba como una competición, aunque ya sabíamos todos cuál iba a ser el resultado ya que siempre ganaban los mismos.
Por mucho que nos esforzáramos, por mucha técnica que le pusiéramos, los golpes de los demás eran una brisa marina comparados con el cierzo del Moncayo que suponían los macos de Jos y de Carlos.
Que conste que, aunque nos quejábamos, por vergüenza torera nunca salió de nuestros labios ningún «chemeco», como dicen los torrellanos a los gemidos y lloros.
Eso sí, aún no me explico como no terminamos con los huesos «esganguillaos», como mesas o sillas desencoladas que se rompen.
Notas:
Las expresiones no numeradas provienen de las siguientes obras:
- Gargallo Sanjoaquín, M. Notas léxicas sobre el habla de Tarazona y su comarca.
- Marín Royo, L. El habla en la Ribera de Navarra.
(1) Emitologías.
(2) Ocularis.
(3) Blogs20minutos.
Imagen: The Emotional Learner.
No tenía ni idea de que jugárais a daros puñetazos,con lo que duele un golpe en el hombro😱.
ResponderEliminarTe imagino en la consulta del traumatólogo un día de estos diciendo: "míreme los hombros, doctor, que hace tiempo que los tengo esganguillaos de los macos que me daba con mis hermanos para ver quién tenía más fuerza"
😂😂😂
Pues no sería de extrañar...😂 Puedo asegurar que tras el dolor el brazo se te dormía, tal era el resultado habitual de aquellas competiciones algo brutas. Aún con todo uno se acuerda con cierta nostalgia, aunque quizá sea masoquismo 😒
ResponderEliminarLa caída de San Pablo debió de ser un estrapalucio tremendo, debió de ver las estrellas en claro ,en oscuro para terminar dando un giro tan radical a su vida.
ResponderEliminarA mí la expresión torrellana que más me gusta es la de ver las estrellas en claro,tiene que ser tremendo😂
Un estrapalucio en todos los sentidos aunque seguramente lo del caballo se lo inventaron para hacer más bonita la historia de su conversión. En cuanto a lo de las estrellas en claro yo creo que todos las hemos visto alguna vez ✨
ResponderEliminarAmigo Daniel. No hay nada como ir cumpliendo años para ir entendiendo el porqué de algunas cosas. Lo de ver las estrellas, como apuntabas (aunque no he podido abrir el enlace de "ocularis") está sustentado por el hecho fisiológico que se produce cuando un fuerte golpe o movimiento brusco de la cabeza hace que el vítreo tire de la retina provocando esos fogonazos de luz blanca asimilables al fulgor de las estrellas. Desgraciadamente, aparte de por algún trompazo, he comprobado el efecto del desprendimiento de vítreo en varias ocasiones y he tenido que ser intervenido por ello. Y de ahí surgió la oportunidad de comentar con mi oftalmóloga el asunto de las estrellitas, confirmándome lo que efectivamente yo pensaba sobre el mismo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vaya, Ramón. No sabía nada de lo que me comentas. Siento que hayas sufrido en carne propia ese problema. El dicho "ver las estrellas" lo utilizamos vulgarmente para cualquier situación en la que sentimos un dolor intenso por un golpe o una caída, aunque estrictamente hablando una de las causas sea, entre otras según la página de Ocularis (*), la que tú apuntas.
ResponderEliminarGracias por el comentario y ójala que no te vuelva a pasar.
(*) A mi se me abre el enlace sin problemas, igual si pruebas en otro navegador consigues abrirlo también.