El burro, palabra derivada del latín "burricus"=jamelgo y posiblemente también de "burrus"=pardorrojizo, (1) es uno de los animales más citados en el refranero español. De ahí se puede deducir la importancia que tuvo en la vida cotidiana del pasado, y más en entornos rurales como es el caso de Torrellas.
Merecedor de mejor trato del que generalmente se le ha sometido, su nombre sigue siendo hoy innoble, sinónimo de brutalidad y estupidez, como demuestran los dichos y frases hechas propias del humor satírico que gastamos en nuestro país. Aquí van algunos ejemplos, utilizados en Torrellas y en cualquier otro lugar de España, sin que pueda rastrearse con claridad de dónde provienen o dónde comenzaron a ser utilizados antes.
Ese es el caso del primero, sugerido por Rafa hace algún tiempo, "a un burro hacían obispo y aún rebuznaba". Conocido en Valencia y en Castilla, el "aún" le hace suponer un origen aragonés. (2) Tiene muchas variantes pero el significado es común en todas partes: se aplica a quien se le presta atención y aún así protesta, a quien no sabe agradecer los favores y a quienes "a pesar de recibir un beneficio superior a sus merecimientos, se muestran quejosos y descontentos". (3)
El dicho "a un burro hacían obispo y aún rebuznaba (se quejaba)" se completa a veces diciendo: "...y a otro que lo pedía no se lo daban", lo que da a entender lo mal repartido que está el mundo.
Otro dicho muy torrellano es "ese no morirá de cornada de burro", aplicado a quien es tan exageradamente prudente que evita el más insignificante de los riesgos, el menor atisbo de peligro. Vamos, que en cuanto estornuda va al médico.
De tal persona se dice, hiperbólicamente, que es imposible que muera siquiera de un hecho tan improbable como el de que un burro le dé una cornada. (4) Sin embargo, algunos autores recogen en sus obras que en Toledo, durante el siglo XVIII, recuas de borricos acarreaban continuamente cántaros de agua en angarillas de madera de las que sobresalían unos palos que propinaban "cornadas" a quienes iban distraídos por la calle. A dicho lance tan infamante terminaron llamándolo "cornada de burro", de ahí el dicho. (5)
Hay otras varias expresiones en Torrellas que aluden a los que "no morirán de cornada de burro". Una de ellas es "cachaza" o "cachazas" (6) que alude a la parsimonia y la lentitud del que no se inmuta por nada. También se dice que tiene "pachorra", que expresa la idea de gordura y pesadez, flema e indolencia. Se suele decir: "¡Qué cachaza/pachorra tiene!".
Otra expresión en la misma línea es "¡qué cuajo tiene!", (7) dicho de quien se considera que se comporta con excesiva calma, despreocupación o tranquilidad. Para una mujer que mostrase la misma pachorra, se diría "¡no dará la leche alterada, no!" aludiendo a su lentitud y al poco mal que se da por nada.
Uno de los mitos sobre la lactancia era que si la madre sufría un enojo o una impresión muy fuerte su leche podría disminuir o incluso hacerle daño al bebé. Ciertamente la madre transmite sus emociones al bebé porque ambos están íntimamente conectados pero esto no se debe a la lactancia sino al estado emocional en que se encuentra la madre. (8)
Para ambos sexos se dice también "¡qué higados tiene!", (9) con acento en la "a" debido a la aversión a las esdrújulas que se tiene en Aragón y de la que ya henos hablado. Con ello se indica la manera lenta y tranquila de hacer las cosas o de no hacerlas en absoluto por pura indiferencia.
Y para terminar tal como hemos comenzado, es decir, con burros, mencionaremos un dicho muy torrellano y muy escuchado a la abuela. Se utiliza cuando una compra o un negocio cuyo éxito parecía seguro, ha salido mal.
En esa situación se suele decir "¡buena burra hemos «comprao»". (10)
Y es que el humor torrellano, como el aragonés en general, es así: "socarrón, irónico sin llegar a ser cínico... en una palabra «somarda»". (11)
Notas:
El dicho "a un burro hacían obispo y aún rebuznaba (se quejaba)" se completa a veces diciendo: "...y a otro que lo pedía no se lo daban", lo que da a entender lo mal repartido que está el mundo.
Otro dicho muy torrellano es "ese no morirá de cornada de burro", aplicado a quien es tan exageradamente prudente que evita el más insignificante de los riesgos, el menor atisbo de peligro. Vamos, que en cuanto estornuda va al médico.
De tal persona se dice, hiperbólicamente, que es imposible que muera siquiera de un hecho tan improbable como el de que un burro le dé una cornada. (4) Sin embargo, algunos autores recogen en sus obras que en Toledo, durante el siglo XVIII, recuas de borricos acarreaban continuamente cántaros de agua en angarillas de madera de las que sobresalían unos palos que propinaban "cornadas" a quienes iban distraídos por la calle. A dicho lance tan infamante terminaron llamándolo "cornada de burro", de ahí el dicho. (5)
Hay otras varias expresiones en Torrellas que aluden a los que "no morirán de cornada de burro". Una de ellas es "cachaza" o "cachazas" (6) que alude a la parsimonia y la lentitud del que no se inmuta por nada. También se dice que tiene "pachorra", que expresa la idea de gordura y pesadez, flema e indolencia. Se suele decir: "¡Qué cachaza/pachorra tiene!".
Otra expresión en la misma línea es "¡qué cuajo tiene!", (7) dicho de quien se considera que se comporta con excesiva calma, despreocupación o tranquilidad. Para una mujer que mostrase la misma pachorra, se diría "¡no dará la leche alterada, no!" aludiendo a su lentitud y al poco mal que se da por nada.
Uno de los mitos sobre la lactancia era que si la madre sufría un enojo o una impresión muy fuerte su leche podría disminuir o incluso hacerle daño al bebé. Ciertamente la madre transmite sus emociones al bebé porque ambos están íntimamente conectados pero esto no se debe a la lactancia sino al estado emocional en que se encuentra la madre. (8)
Para ambos sexos se dice también "¡qué higados tiene!", (9) con acento en la "a" debido a la aversión a las esdrújulas que se tiene en Aragón y de la que ya henos hablado. Con ello se indica la manera lenta y tranquila de hacer las cosas o de no hacerlas en absoluto por pura indiferencia.
Y para terminar tal como hemos comenzado, es decir, con burros, mencionaremos un dicho muy torrellano y muy escuchado a la abuela. Se utiliza cuando una compra o un negocio cuyo éxito parecía seguro, ha salido mal.
En esa situación se suele decir "¡buena burra hemos «comprao»". (10)
Y es que el humor torrellano, como el aragonés en general, es así: "socarrón, irónico sin llegar a ser cínico... en una palabra «somarda»". (11)
Notas:
(1) Wiktionary.
(2) Gran Enciclopedia Aragonesa.
(3) Sbarbi, J.M. Diccionario de refranes, adagios, proverbios, modismos, locuciones y frases proverbiales de la lengua española.
(4) Doval, G. Del hecho al dicho.
(2) Gran Enciclopedia Aragonesa.
(3) Sbarbi, J.M. Diccionario de refranes, adagios, proverbios, modismos, locuciones y frases proverbiales de la lengua española.
(4) Doval, G. Del hecho al dicho.
(5) Iribarren, J.M. El porque de los dichos.
(6) (7) (9) (10) Marín Royo, L.M. El habla en la Ribera de Navarra.
(8) La Liga de la Leche.
(11) Blog de Sergio del Molino.
Imagen: Terra de rucs.
(6) (7) (9) (10) Marín Royo, L.M. El habla en la Ribera de Navarra.
(8) La Liga de la Leche.
(11) Blog de Sergio del Molino.
Imagen: Terra de rucs.
Qué bueno,todos ellos son buenísimos y además los utilizamos muy a menudo😂😂😂
ResponderEliminar👍 Es verdad, son de los que más utilizamos. Eso demuestra que siguen siendo muy válidos.
ResponderEliminarBien traídas las frases ¡
ResponderEliminar👍 Gracias por tu primer comentario, Rafa.
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