Tienen en Torrellas un dicharacho de carácter jocoso. Alguien dice: "está lloviendo para abajo" y otro responde: "en mi pueblo la recogen con canastas".
Que llueve siempre para abajo es una obviedad. Lo contrario sería antinatural, un desafío a la ley de la gravedad. Tanto el que lo dice como el que lo escucha saben que están compartiendo una perogrullada en un momento festivo o alegre.
Del mismo modo, ambos tienen clarísimo que recoger el agua de lluvia en canastas es absurdo, un empeño vano, un esfuerzo inútil puesto que el agua se cuela entre los mimbres y de ella no va a quedar más que la humedad que puede pudrir la canasta pero nunca llenarla. (1) En fin, nadie puede esperar que todos los dichos deban de ser lógicos y racionales...
"Llueve más que cuando enterraron a Currusco" es otro dicho para ponderar lo mucho que está lloviendo o que está lloviendo en exceso. No merece la pena investigar quién fue el tal Currusco, personaje proverbial que queda bien en el dicho por razones de eufonía. En otros lugares de nuestro país existen dichos similares y en todos ellos se atribuyen la paternidad de los mismos.
Muchos de ellos provendrían de leyendas locales que cuentan que un noble que había negado agua a una mujer gitana en época de sequía, murió maldecido siete días después. Y de tanto como llovía, su ataúd fue arrastrado por las aguas. Una variante dice "llueve más que cuando enterraron a Bigotes" y otra, mucho más extendida en España, "llueve más que cuando enterraron a Zafra".(2)
Las leyendas y los dichos asociados a ellas son recreadas de forma diversa lejos de donde han nacido.De ahí que en Torrellas sea Currusco el protagonista, del cual solo podemos decir que su nombre es una variante de "cuscurro", la parte del pan más tostada que corresponde a los extremos.
Lo que sí está claro es que cuando llueve de la forma que describe el dicho, en el resto de España la gente termina mojada pero en Torrellas y en Aragón en general "nos chipiamos", es decir, acabamos empapados o calados de agua. (3)
Sin embargo, suele ocurrir que "solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena", frase con la que se asegura que solo nos preocupamos de buscar soluciones o auxilio cuando los problemas son muy graves o la necesidad acuciante.
Santa Bárbara es la santa protectora de los temporales y de las tormentas para las gentes del campo y del mar. Cuando hace buen tiempo no es necesario su amparo y no se le reza. De ahí el dicho. (4)
Yo sí que me acuerdo de aquellas fuertes tormentas que caían algunas tardes de verano que pasábamos en Torrellas. Cuando dejaba de llover solíamos coger los pozales de casa y nos íbamos a coger caracoles. Los mayores, entre risas, nos decían que los caracoles estaban "de pacida" y a mi entonces me parecía que nos tomaban el pelo con alguna broma que solo ellos comprendían.
Más tarde supe que se referían a que los caracoles suelen salir a pacer, es decir, a alimentarse de la hierba mojada, después de llover. Y que con ello hacían una comparación con el ganado que sale a pacer, a comer el pasto.
Recuerdo lo fácil que era entonces completar en poco tiempo una "pozalada" de caracoles, palabra empleada como medida con el significado de la cantidad que cabe en un pozal. (5)
No hacía falta irse muy lejos ni meterse en lugares intrincados. Bastaba con pasear un rato por la "calleja de los huertos" o por el arcén de la carretera para coger caracoles "a más y mejor" que es como dicen los torrellanos "en abundancia".(6)
Era muy satisfactorio para nosotros llegar a casa y ser felicitados por nuestra "cosecha" de caracoles, que eran inmediatamente metidos en un saco de arpillera que se cerraba con una cuerda y se colgaba de una escarpia. Allí pasaban sin comer una temporada para que se purgasen.
Una de mis frases preferidas es "la verdadera patria del hombre es la infancia" del poeta checo R.M.Rilke. Y es que la patria de nuestra infancia, al menos la de los que somos más mayores, tiene el olor, el color y el sabor ligeramente picante de aquellas "caracoladas" que nos hacía nuestra madre.
Aquellos humildes, honrados y deliciosos guisos, un verdadero manjar para nosotros, me hacen evocar con añoranza los momentos felices de aquella patria infantil a la que nunca podré regresar.
Notas:
Que llueve siempre para abajo es una obviedad. Lo contrario sería antinatural, un desafío a la ley de la gravedad. Tanto el que lo dice como el que lo escucha saben que están compartiendo una perogrullada en un momento festivo o alegre.
Del mismo modo, ambos tienen clarísimo que recoger el agua de lluvia en canastas es absurdo, un empeño vano, un esfuerzo inútil puesto que el agua se cuela entre los mimbres y de ella no va a quedar más que la humedad que puede pudrir la canasta pero nunca llenarla. (1) En fin, nadie puede esperar que todos los dichos deban de ser lógicos y racionales...
"Llueve más que cuando enterraron a Currusco" es otro dicho para ponderar lo mucho que está lloviendo o que está lloviendo en exceso. No merece la pena investigar quién fue el tal Currusco, personaje proverbial que queda bien en el dicho por razones de eufonía. En otros lugares de nuestro país existen dichos similares y en todos ellos se atribuyen la paternidad de los mismos.
Muchos de ellos provendrían de leyendas locales que cuentan que un noble que había negado agua a una mujer gitana en época de sequía, murió maldecido siete días después. Y de tanto como llovía, su ataúd fue arrastrado por las aguas. Una variante dice "llueve más que cuando enterraron a Bigotes" y otra, mucho más extendida en España, "llueve más que cuando enterraron a Zafra".(2)
Las leyendas y los dichos asociados a ellas son recreadas de forma diversa lejos de donde han nacido.De ahí que en Torrellas sea Currusco el protagonista, del cual solo podemos decir que su nombre es una variante de "cuscurro", la parte del pan más tostada que corresponde a los extremos.
Lo que sí está claro es que cuando llueve de la forma que describe el dicho, en el resto de España la gente termina mojada pero en Torrellas y en Aragón en general "nos chipiamos", es decir, acabamos empapados o calados de agua. (3)
Sin embargo, suele ocurrir que "solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena", frase con la que se asegura que solo nos preocupamos de buscar soluciones o auxilio cuando los problemas son muy graves o la necesidad acuciante.
Santa Bárbara es la santa protectora de los temporales y de las tormentas para las gentes del campo y del mar. Cuando hace buen tiempo no es necesario su amparo y no se le reza. De ahí el dicho. (4)
Yo sí que me acuerdo de aquellas fuertes tormentas que caían algunas tardes de verano que pasábamos en Torrellas. Cuando dejaba de llover solíamos coger los pozales de casa y nos íbamos a coger caracoles. Los mayores, entre risas, nos decían que los caracoles estaban "de pacida" y a mi entonces me parecía que nos tomaban el pelo con alguna broma que solo ellos comprendían.
Más tarde supe que se referían a que los caracoles suelen salir a pacer, es decir, a alimentarse de la hierba mojada, después de llover. Y que con ello hacían una comparación con el ganado que sale a pacer, a comer el pasto.
Recuerdo lo fácil que era entonces completar en poco tiempo una "pozalada" de caracoles, palabra empleada como medida con el significado de la cantidad que cabe en un pozal. (5)
No hacía falta irse muy lejos ni meterse en lugares intrincados. Bastaba con pasear un rato por la "calleja de los huertos" o por el arcén de la carretera para coger caracoles "a más y mejor" que es como dicen los torrellanos "en abundancia".(6)
Era muy satisfactorio para nosotros llegar a casa y ser felicitados por nuestra "cosecha" de caracoles, que eran inmediatamente metidos en un saco de arpillera que se cerraba con una cuerda y se colgaba de una escarpia. Allí pasaban sin comer una temporada para que se purgasen.
Una de mis frases preferidas es "la verdadera patria del hombre es la infancia" del poeta checo R.M.Rilke. Y es que la patria de nuestra infancia, al menos la de los que somos más mayores, tiene el olor, el color y el sabor ligeramente picante de aquellas "caracoladas" que nos hacía nuestra madre.
Aquellos humildes, honrados y deliciosos guisos, un verdadero manjar para nosotros, me hacen evocar con añoranza los momentos felices de aquella patria infantil a la que nunca podré regresar.
Notas:
(1) Lofesindeyer.
(2) Doval, G. Del hecho al dicho.
(3) (5) (6) Marín Royo, L.M. El habla en la Ribera de Navarra. Un pozal es una palabra aragonesa para designar el cubo con el que se sacaba agua de un pozo y, en general, para recoger un líquido.
(4) Buitrago, A. Diccionario de dichos y frases hechas.
Imagen de Alicja en Pixabay.
Era muy entretenido salir a buscar caracoles después de una tarde de tormenta,con los que hemos comido en el pueblo y lo buenos que estaban!
ResponderEliminarLos famosos caracoles de pacida...😂😂😂
ResponderEliminar