Cuántas veces le oí decir a la abuela que no podía «estomagar» a alguien equiparando ese sentimiento con la indigestión o el empacho que provoca algún alimento. Y es que con dicho verbo quería decir muchas cosas: que alguien le causaba molestia, incordio, aburrimiento, fastidio, desgana, pesadez, enojo... o todas esas sensaciones al mismo tiempo. (1)
La expresión en afirmativa significa que se puede sobrellevar, soportar o tolerar a una persona pero en negativa implica que se le tiene manía o incluso odio: «me estomaga que siempre se esté quejando». (2)
Después de ingerir alimentos a veces algunos torrellanos experimentan un «agrior», sensación muy desagradable que les sube a la boca desde el estómago. La cualidad de dulce se conoce como "dulzor" pero no existe en castellano la cualidad de agrio, o "agrior", por lo que podríamos considerar la expresión como genuinamente aragonesa. (3)
También se dice, cuando los jugos gástricos hacen reflujo y se siente la sensación de acidez en la garganta y en la boca, que se tiene el estómago «esvinagrao» y también que «se me ha esvinagrao la comida». (4) Todos hemos percibido alguna vez cuando un alimento está "avinagrado" por contener vinagre o porque se ha echado a perder y comprendemos perfectamente la expresión torrellana.
También se puede sufrir de «rayadas», (5) dolores muy fuertes y repentinos de tripas, que suelen producir diarreas. Rayar una superficie es realizar incisiones en ella, de modo que quizá pudiera haber una similitud con dicha acción. Parecido significado posee tener «retorcijones» (6) de tripas o fuertes dolores de vientre a causa de una indigestión.
Otra expresión para referirse a un cólico o a dolores fuertes de tripas cuando lo que se come te sienta mal es «torzón» (7). Esta expresión nos hacía sonreir cuando la escuchábamos, siempre y cuando no la experimentásemos en propia carne. «No comas tanto, que te va a dar un torzón», solían decirnos. Tanto "retorcijón" como "torzón" hacen referencia a un retorcimiento que experimentase uno en la zona abdominal.
De quien se consideraba que estaba muy delgado se decía que no tenía «ni tripa ni cuajar» (8). El "cuajar" es la última de las cavidades en que se divide el estómago de los rumiantes. Estar delgado se considera hoy sinónimo de salud pero el dicho "ni tripa ni cuajar" ni antes ni ahora sería considerado elogioso ya que se aplica, como recuerda el diccionario, a quien está muy consumido y flaco. (9)
Con tantos dichos sobre la tripa, me ha entrado hambre. Eso me recuerda un dicho de la abuela y de nuestra madre que es una verdad como un templo:
«Después de mi tripa llena, descansa mi corazón».
Y es que, una vez saciado el apetito, uno se siente satisfecho y feliz. Pues lo primero es cubrir las necesidades del cuerpo para después poder gozar de mejor disposición para dedicarnos a satisfacer las necesidades del espíritu.
Notas:
(1) Definiciona.(2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) Marín Royo, L.M. El habla en la Ribera de Navarra.
(9) EsAcademic.
Imagen de silviarita en Pixabay.
Me acabobde cascar una fabada que...
ResponderEliminarMuy bueno el artículo Daniel. En Barbastro en vez de agrior se usa "agror" o "agruras", esto último mas referido a lo emocional, como amarguras. Hasta pronto.
Es curioso que en lugares tan alejados entre sí los vocablos para llamar a las cosas se parecen bastante. Gracias por el comentario y buen provecho...
ResponderEliminarNo comas tanto que te dará un tirón,se lo dirían en Torrellas a más de uno que pensara aquello de antes reventar que sobre!
ResponderEliminarNo me extraña luego lo de las rayadas y tener agrior😂😂😂
Lo raro sería no tenerlos...😂😂😂
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