Cuando pasábamos los veranos en Torrellas, en aquellos tiempos en que había tantos perros y gatos por las calles, siempre me impresionaba la facilidad que tenían éstos últimos para salir ilesos cuando caían desde algún lugar alto.
Es posible que «Tener más vidas que un gato» o «Tener siete vidas, como los gatos» sea uno de los dichos populares que primero escuchamos en el pueblo. Alude a la vieja creencia de que los gatos tienen siete almas, es decir, siete vidas. Y que se remonta, nada menos, que al Egipto de los Faraones, donde tenían al gato como un animal sagrado.
Sin embargo, esta habilidad de los felinos domésticos para darse la vuelta rápidamente en el aire aunque caigan de espaldas y arreglárselas siempre para caer de pie sin sufrir un impacto violento contra el suelo no tiene nada de misterioso a pesar del origen supersticioso y esotérico del dicho.
Su agilidad y destreza se deben a su morfología, que incluye su forma aerodinámica, su falta de clavícula y una espina dorsal muy flexible. Esto unido a la capacidad de relajar los músculos justo antes del impacto y a las suaves pero resistentes almohadillas de sus patas que le hacen aterrizar en el suelo elegantemente, como si fuera un acróbata, son las características que nos han llevado a cuestionar la "inmortalidad" de los gatos.
Pero, ¿por qué siete vidas y no ocho, o seis? Se trata simplemente de que en nuestra cultura el numero 7 se ha considerado mágico y se ha asociado desde siempre con la buena fortuna. En el mundo anglosajón son 9 las vidas que se le atribuyen de acuerdo con la mitología egipcia pero son solamente 6 en Turquía. (1)
En cualquier caso, «Tener siete vidas, como los gatos» se aplica a quien ha superado situaciones muy peligrosas o enfermedades muy graves saliendo airoso de graves riesgos para su vida. (2)
Es poco frecuente que una persona "tenga más vidas que los gatos" e incluso éstos no son infalibles pues pueden sufrir, como nosotros, una mala caída capaz de causarle huesos rotos y fracturas.
Se han dado incluso casos de haber dado por muerto a un gato que ha sufrido una grave caída y que, después de haberlo tirado en un muladar, el gato ha vuelto a casa sin haber sufrido los daños irreversibles que se le suponían. (3)
Nuestra madre narra la historia de un gato negro con manchas blancas que le regaló a la abuela un conocido de Tarazona cuando era cachorro. Todo lo que tenía de cariñoso lo tenía también de ladrón ya que había aprendido a abrir con la pata el armario de la cocina donde guardaban la comida.
Tan aborrecida estaba la abuela de las "habilidades" del gato que, un día que lo encontró con las manos en la masa dando buena cuenta de unas sardinas, le debió dar una paliza de aúpa y lo metió en un saco de arpillera con idea de tirarlo al río. Y así lo hizo.
Muchos días después tuvo que ir a Tarazona a casa de quien le había regalado el gato. Allí se encontró con el animal que, no solo no se había ahogado, sino que estaba tan "vivito y coleando" como siempre.
Eran otros tiempos en los que los animales tenían tan solo un valor utilitario: los perros servían para cazar y los gatos para mantener alejados de la casa a los ratones. A los primeros se les solía poner nombre pero no era así con los gatos a los que se les llamaba genéricamente "misín" o "misino". (4)
Se cuenta también que hasta no hace tanto tiempo algunos desalmados se entretenían lanzando desde una altura al primer gato que cogían para hacer "pruebas" sobre la resistencia a las caídas del animal y comprobar de primera mano lo acertado o no de sus siete vidas. (5)
Nuestra madre narra la historia de un gato negro con manchas blancas que le regaló a la abuela un conocido de Tarazona cuando era cachorro. Todo lo que tenía de cariñoso lo tenía también de ladrón ya que había aprendido a abrir con la pata el armario de la cocina donde guardaban la comida.
Tan aborrecida estaba la abuela de las "habilidades" del gato que, un día que lo encontró con las manos en la masa dando buena cuenta de unas sardinas, le debió dar una paliza de aúpa y lo metió en un saco de arpillera con idea de tirarlo al río. Y así lo hizo.
Muchos días después tuvo que ir a Tarazona a casa de quien le había regalado el gato. Allí se encontró con el animal que, no solo no se había ahogado, sino que estaba tan "vivito y coleando" como siempre.
Eran otros tiempos en los que los animales tenían tan solo un valor utilitario: los perros servían para cazar y los gatos para mantener alejados de la casa a los ratones. A los primeros se les solía poner nombre pero no era así con los gatos a los que se les llamaba genéricamente "misín" o "misino". (4)
Se cuenta también que hasta no hace tanto tiempo algunos desalmados se entretenían lanzando desde una altura al primer gato que cogían para hacer "pruebas" sobre la resistencia a las caídas del animal y comprobar de primera mano lo acertado o no de sus siete vidas. (5)
Afortunadamente esto hoy resultaría impensable ya que, en general, defendemos la integridad de los animales y se les respeta y cuida como merecen.
Lo que no impide la envidia que sentimos por esas presuntas siete o nueve veces que pueden "revivir".
Notas:
(1) Cibermascotas.
(2) Buitrago, A. Diccionario de dichos y frases hechas.
(3) Doval, G. Del hecho al dicho.
(4) Marín Royo, L.M. El habla en la Ribera de Navarra.
(4) Marín Royo, L.M. El habla en la Ribera de Navarra.
Me encanta esa historia del gato que cuentas porque la he oído muchas veces y siempre me he imaginado al gato abriendo el armario con la pata como si tal cosa ,para ver lo que le apetece comer.Son muy espabilados!!
ResponderEliminarA mi también me gusta porque ilustra perfectamente lo de las siete vidas. ¿Qué haría para no ahogarse? 😆
ResponderEliminarSupongo que ya la tendrás prevista pero sobre las habilidades,la famosa "gato con guantes no casa ratones" o está otra "cuando el gato no está en casa, los ratones..." y en otra onda al recordar lo de las siete vidas no estaría mal una entradilla sobŕe el número mágico por excelencia el siete,Ya sabes siete vidas del gato ,siete años de mala suerte al romper un espejo etc..., un saludo.
ResponderEliminarLa de los guantes está prevista, la otra no la tenía pensada pero se puede hacer. En cuanto a lo del número 7 me parece una gran idea. Gracias por aportar, Severino 👍
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