Para ti la perragorda

La revolución de 1868 trajo consigo, además de la expulsión de la reina Isabel II y su posterior exilio, un nuevo sistema monetario con la peseta, una de cuyas monedas fraccionarias era la de 10 céntimos.

Acuñada en cobre, su anverso mostraba una matrona romana recostada, con una rama de olivo en las manos, que representaba el territorio de Hispania con Gibraltar a sus pies y apoyada en los Pirineos. En su reverso figuraba un león alzado sobre sus patas sosteniendo el escudo de España representando alegóricamente el Imperio Español. (1)

Debido a que dicho imperio estaba ya casi extinguido, a que el diseño del león no estaba muy conseguido y a que con el uso iba perdiendo su melena, "las gentes lo degradaron de félido a cánido y lo pasaron de macho a a hembra, con lo que el rey de la selva quedó en simple perra". (2)

Como suele pasar en nuestro país, tan dado en ocasiones a la befa, donde hubo un león la gente comenzó a ver una "perra preñá" (3) y así se comenzó a llamar a esta moneda "la perragorda" para distinguirla de la "perrachica", que era la moneda de 5 céntimos. Estas denominaciones perduraron incluso después de 1941, año en que fueron sustituidas por otras de igual valor pero acuñadas en aluminio y con diferentes anagramas

Este apelativo de "perras", en plural, todavía hoy se sigue utilizando como sinónimo de dinero (4): del rico se dice que "tiene perras" o que algo "vale muchas perras" cuando es muy caro.

Probablemente el dicho «¡Para ti la perragorda!» se originó en el contexto "de quien porfiaba por una cantidad insignificante de dinero con tanta insistencia que su interlocutor prefería dárselo antes de seguir escuchándole". (5) Es decir, dado el escaso valor de la "perragorda" se da a entender irónicamente que es el precio a pagar por concluir una disputa con la que no se está de acuerdo.

Esta expresión también ha perdurado en el tiempo y hoy se utiliza cuando en una discusión hay uno que no admite razones porque se empecina demasiado en una idea, y el otro, viendo que no va a convencerlo le suelta la frase como dándole la razón pero haciéndole ver que no se la da ya que lo que quiere es zanjar el tema porque no merece la pena discutir. A veces incluso la frase se alarga diciendo "pa ti la perragorda... y pa mi el real"

Hay gente que aún recordará el antiguo Instituto Nacional de Previsión de la época en que España todavía carecía de un sistema general de pensiones. Quienes se afiliaban voluntariamente al mismo pagaban diez céntimos diarios -una perragorda- que daban derecho a una peseta diaria a la hora de la jubilación. El ingenio popular comenzó a llamar a muchas sedes del I.N.P., incluida la de Zaragoza, como la Casa de la Perragorda.

Otras expresiones relacionadas son "tener más cara que un saco (de) perras" que se dice de quien tiene tanto descaro como caras hay en un saco de monedas; "estar sin una perra" o "estar desperrao" cuando no se tiene nada de dinero; "valer cuatro perras" cuando algo es muy barato; "valer menos que una perragorda" cuando se está mal de salud... y otras varias.

Como "ser un sacaperras", que significa hacer gastar dinero. Ésta la utilizo bastante con mis hijos, como seguramente hacéis vosotros con los vuestrosya que no hay semana que no me saquen perras para una cosa u otra.

Notas: 

(1) (5)  Fraseomanía.

(2) Guillermo Fatás en El Pollo Urbano

(3) OCadiz Digital.

(4) El trastero de Palacio.

(6) Wikipedia.

Imagen: Blogs 20Minutos.







4 comentarios:

  1. Vaya imaginación que tenía la gente, de un león a una perra gorda.
    En cuanto a lo del sacaperras,te doy la razón,se suele utilizar muy a menudo cuando los chicos no dejan de pedir una cosa u otra.

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  2. Cierto doy fe de ello y qué lío me hacía yo de cría con las perragordas,los centimos, reales,vaya lío,en fin,que me ha gustado mucho,no sabía de dónde provenía está palabreja.Y lo de la casa de la perragorda también me suena que la mamá alguna vez la ha nombrado en casa.

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  3. Mimi, ya sabes que aquí se le saca punta a todo y el cachondeo es parte de la vida 😁 En cuanto a los "sacaperras", también les digo que piden más que los curas...

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  4. Buda, la casa de la Perragorda estuvo primero en la calle Costa pero yo la conocí cuando la cambiaron al Paseo de María Agustín. Es el edificio a la izquierda del Centro de Especialidades Ramón y Cajal, al que me tocó acompañarla o ir solo en varias ocasiones.

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