¡Casi nada es lo del ojo...!, mirar contra el gobierno, ojos a la virulé, ¡Ojo al Cristo, que es de caña!

No hay cosa que más nos "reviente", al menos a mi, que sufrir una caída o un golpe y que alguien se ría de nuestra desgracia. Y más cuando a eso se une el lógico dolor y la sensación de ridículo que, con razón o sin ella, experimentamos.

Por ese motivo muchas veces nos hacemos los valientes y decimos que no pasa nada aunque por dentro nos estemos sintiendo mal tras el percance sufrido y prefiramos ir a lamernos las heridas al resguardo de miradas ajenas.

Algo así debió sentir en 1857 el torero Desperdicios en la plaza del Puerto de Santa María cuando, tras ser repetidamente corneado por la res, buscó por la arena el ojo que le había vaciado y, diciendo “No es nada; no es nada”, fue a limpiarse la herida con papel de estraza. (1)

Se dice que la gente se lo tomó de una forma jocosa y que completaban la frase diciendo: "Casi nada es lo del ojo...y lo llevaba en la mano".  El dicho se hizo popular en Torrellas y en todo nuestro país para "subrayar burlonamente la actitud de quien, ante un grave trance, trata de minimizar la urgencia de una situación". (2) También se dice, con asombro, cuando a alguien le cuentan algo y equivale a "¡pues vaya!" o al más extendido "¡no jodas!".

Las desgracias ajenas son fuente inagotable de dichos y chascarrillos. De alguien que bizquea se dice que "mira contra el gobierno" o que  "tiene los ojos a la birulé" ya que se le dice "birolo" a quien es bizco o bisojo. (3)

No está claro si la expresión se escribe con "b" o con "v" ni si, como sostienen algunos autores, proviene del francés. Pero sí parece claro que, además de referirse al estrabismo que padecen algunas personas, hace alusión a tener el ojo amoratado por efecto de haber recibido un golpe o un puñetazo. (4) Incluso hay otros que extienden su significado a "lo que se hace desordenadamente", es decir, sin pensar, de mala manera o de forma atolondrada. (5)

Todo lo contrario de lo que significa otra expresión torrellana: "Ojo al Cristo que es de caña", con la que se da a entender que hay que tener cuidado con algo valioso que se puede dañar, romper o perder por lo que hay que extremar las precauciones.

Parece que en otros lugares cambian "caña" por "plata" y con ello "se advierte a alguien que vigile una cosa «por el riesgo que hay de que la hurten». Por ello es previsible que el dicho naciera a raíz de algún relato popular en el que se narrase el robo de algún cristo de plata". (6)

Incluso se usa, en la Ribera de Navarra,  como advertencia para que alguien no haga una cosa o no se inmiscuya en temas que no le importan. (7)

En una próxima entrega hablaremos más de los dichos referidos a Cristo.

Así que, "ojo al dato".


Notas:
(3) Manuel Gargallo Sanjoaquín. Notas léxicas sobre el habla de Tarazona y su comarca.
(6) Etnografía.
(7) Luis María Marín Royo. El habla en la Ribera de Navarra.
Imagen: Alchetron








2 comentarios:

  1. Ya sabemos por qué llevaba el ojo en🧐 la mano,era todo un misterio.

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  2. Pues sí, son cosas que llevamos oídas toda la vida sin saber su verdadero significado. Todos los días se aprende. 👍

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