El apellido Lapuente

No es posible escribir un blog sobre palabras y dichos de Torrellas que no incluya, por razones obvias, al apellido que nos une y que es el causante de que todos nosotros estemos hoy aquí.

Lapuente es el apellido de nuestras madres, de  nuestro abuelo Feliciano y no sabemos de cuántos más antes que él

Hace muchos años la abuela decía que sobre la puerta de la casa de Torrellas hubo un escudo heráldico que bien pudo pertenecer a los Lapuente. Esto me hizo fantasear creyendo ingenuamente -tendría 15 o 16 años- que nuestros antepasados serían hidalgos, caballeros o nobles, por lo que me puse a "investigar" en los archivos parroquiales de Torrellas con el permiso del cura de entonces. 

Después de varios días de consultar un montón de antiguos registros, auténticos tochos cubiertos de polvo, y de dejarme los ojos con aquella escritura diminuta y enrevesada, solo conseguí remontarme a tres o cuatro generaciones de las que bien podría haberme informado la abuela con mucho menos trabajo.

El caso es que no sé dónde pueden estar los apuntes que entonces tomé pero sí recuerdo que las generaciones anteriores a los abuelos eran, como ellos, honrados, trabajadores y nobles. Nada que ver, sin embargo, con esa clase social con títulos nobiliarios concedidos por los reyes y heredados de sus antepasados. Sino con esas cualidades humanas, tan difíciles a veces de encontrar, como son la dignidad, la lealtad y la honestidad.

Volviendo a nuestro apellido hay que decir en primer lugar que "puente" es un sustantivo ambiguo ya que admite indistintamente el artículo masculino o femenino. Podemos decir "el puente" o "la puente" como se dice "el mar" o "la mar". (1) Además se trata de un topónimo, los cuales conservan el antiguo uso en femenino del español medieval y clásico. (2)

Masculino en latín ("pons-pontis"), femenino en castellano antiguo y de nuevo masculino en español moderno. Esto hace que decir hoy "la puente" se considere un arcaísmo y esté en desuso. Quizás por esta razón siempre tengo que decir que nuestro apellido "se escribe junto y con «p»" pues demasiadas veces lo han transcrito como "Lafuente" , "La Fuente" o "La Puente".

De indudable origen aragonés, Lapuente parece ser ,al fin y al cabo, linaje de infanzones o miembros de la baja nobleza en la Edad Media. Posee un escudo heráldico que puede verse en este enlace. (3) 

Pero el verdadero valor de nuestro apellido estriba en lo que simbolizaEl título que recibían los emperadores romanos –y que heredan los Papas- es el de Pontífice Máximo donde “Pontifice” significa literalmente, “constructor de puentes”. Es quien establece la conexión con la otra orilla, con el otro lado más allá del río o del abismo que salva el puente. (4)

Por lo tanto el puente es símbolo universal, símbolo de tránsito, de búsqueda, de conexión...Es también la oportunidad de salvar los obstáculos y las dificultades con las que nos enfrentamos en la vida. (5)

Y de eso, de superar adversidades, algo sabemos los Lapuente.

Por otro lado, no conviene olvidar que somos los últimos representantes de nuestro noble apellido, puesto que ya no vamos a transmitirlo a nadie más.

Otra razón para honrarlo como se merece.


Notas:
(1) Practica español.
(2) El País. Verne.
(3) Armoria.
(4) Leyendas medievales.
(5) Asociación de Mujeres por la Paz Mundial.
Imagen de Julius Silver en Pixabay.






2 comentarios:

  1. El primo Feliciano tiene un hijo y una hija.
    Su hijo a su vez tiene varios hijos,lo que no estoy segura si uno de ellos es niño.Por ese lado podría seguir el apellido.

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  2. Es verdad, no lo recordaba...Pero es una pena que, siendo tantos como somos, el apellido se vaya a extinguir con nosotros. Así es la vida...😥

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