Los gatos son una de las mascotas favoritas en todo el mundo y quizá por ello son protagonistas de tantos dichos y expresiones cotidianas. Una de ellas es «haber gato encerrado», que solemos emplear cuando no terminamos de fiarnos porque algo nos huele mal.
Esta referencia al olfato me hace recordar que hay un curioso modismo inglés con el mismo significado que el nuestro, "I smell a rat" (literalmente "huelo una rata") que aunque no hace alusión al gato cita a otro animal en cierto modo relacionado con él. Ambas expresiones se refieren a que hay algo extraño o sospechoso en un asunto.
"Haber gato encerrado" se vincula con "El Gato Negro", un cuento breve de horror del norteamericano Edgar Allan Poe que seguramente todos hemos leído. (1)
En él, se narra un caso que se resuelve gracias a que unos policías escuchan los maullidos de un gato que había quedado prisionero detrás de un muro que el asesino había construido para ocultar el cadáver de su mujer. En este caso el descubrimiento de "un gato encerrado", permitió aclarar un engaño oculto. (2)
Sin embargo, el origen de nuestro dicho se remonta muchos siglos atrás, a los tiempos de nuestro Siglo de Oro. Por aquel entonces no se aludía al felino doméstico sino a unos monederos, faltriqueras o bolsas para guardar el dinero que solían hacerse con piel de gato y que se llevaban ocultas entre la ropa o se guardaban en escondites de la casa, es decir, encerradas. Por ello el significado original del dicho era "tener o llevar dinero oculto". (3)
Cuando los ladrones querían sustraer alguno de esos talegos, observaban a su víctima para intentar averiguar dónde guardaba su dinero y se avisaban unos a a otros con ese "ahí hay gato encerrado" , una especie de clave que aludía a la bolsa que querían llevarse.
En aquella época también los ladrones y rateros recibían el nombre de "gatos" bien porque hurtaban aquellos monederos confeccionados con la piel de dichos felinos o porque lo hacían con astucia y engaño, con una habilidad que recordaba el comportamiento de estos animales. (4)
Así que, para terminar, podemos decir que de ser en origen una contraseña de los amigos de lo ajeno referida al escondrijo de la bolsa de gato que contenía monedas fue tomando con el paso del tiempo el sentido de sospecha de que hay causas, razones o manejos ocultos o secretos que no se nos quieren desvelar .
Por ese motivo la frase se utiliza siempre en señal de desconfianza, de que puede haber trampa o engaño. (5)
Notas:
(1) Os invito a leerlo, si no lo habéis hecho, en este enlace: Ciudad seva.
(2) Significado y origen.
(3) Buitrago, A. Diccionario de dichos y frases hechas.
(4) Blogs 20minutos.
(5) Calles, J. y Bermejo. B. Expresiones y dichos populares.
Imagen de Gerhard Gellinger en Pixabay
(2) Significado y origen.
(3) Buitrago, A. Diccionario de dichos y frases hechas.
(4) Blogs 20minutos.
(5) Calles, J. y Bermejo. B. Expresiones y dichos populares.
Imagen de Gerhard Gellinger en Pixabay
En la vida hubiese imaginado que se hacían monederos con la piel del gato,pobres bichos y mucho menos pensar que pudiese ser uno de los significados de este dicho.😱
ResponderEliminarEs que había tal sobreabundancia de gatos que lo mismo hacían bolsos con su piel que te daban 🐱 por 🐰
ResponderEliminarLo de la vinculación con el poema de Poe, siendo que este es muy posterior al origen y popularización del dicho, está un poco cogida por los pelos (de gato). ¿No te parece? 😏
ResponderEliminarMe parece, Ramón. Siempre hay que intentar exponer las teorías existentes acerca del origen de un dicho. En este caso está clarísimo que se sitúa en la España de entre el Renacimiento del siglo XVI y el Barroco del XVII. Pero hay otra teoría, llamémosla "internacional", que relaciona el dicho con el cuento de Poe. Para nosotros es una conjetura muy aventurada pero ya sabes que la sombra del "amigo americano" es alargada. Gracias por comentar.
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