Una interpretación sobre el origen del dicho afirma que proviene de un antiguo juego o diversión aunque no existe constancia de ningún pasatiempo que tuviera como protagonista a dicha ave que, por lo demás, aparece en escasos dichos o refranes. (1)
Otros estudios atribuyen el modismo "pagar el pato" al antisemitismo propio de la Edad Media en España, siendo los hebreos el blanco sobre el que recaían todas las culpas, ya fueran responsables o no.
En realidad el tal "pato" sería una deformación del vocablo "pacto", refiriéndose al que habían suscrito desde antiguo los judíos con su dios Jehová y que habría de durar hasta el final de los tiempos. (2)
Los cristianos viejos solían aludir a dicho pacto, en son de burla y jugando con las palabras, con la forma "pato" por lo que "pagar el pato" no sería otra cosa que "pagar el pacto", es decir, pagar unos impuestos especiales que solo a los judíos se exigían por su condición de tales.
Ésta era una de los muchas maneras con las que los cristianos hacían befa y escarnio de los judíos por su perseverancia en mantenerse fieles a su religión.(3) Bien es verdad de que hacían gala de ser el pueblo elegido por Dios por el pacto de Abraham con Yahveh relatado en al Antiguo Testamento. Por ello, todas las penalidades por las que los cristianos les hacían pasar eran con la excusa de hacerles "pagar por ese pacto". (4)
Otra expresión utilizada en una situación en la que una persona es culpada de haber hecho algo que no hizo es «pagar los platos rotos» . Como con "pagar el pato", se castiga a alguien injustamente por algo que no ha cometido o no es único culpable.
Siempre se ha aceptado que "quien rompe, paga y se queda con los trozos", es decir, quien hace un daño debe responsabilizarse y atenerse a las consecuencias. El castigo debe ser impuesto únicamente y de forma clara al causante del agravio. (5) Sin embargo, quien "paga los platos rotos" asume o carga una culpa o una responsabilidad inmerecidamente.
Algo parecido a lo que ocurre cuando «pagan justos por pecadores», frase utilizada cuando se aplica un castigo colectivo y se sabe que no todos los castigados son culpables pero las represalias les alcanzan por igual a pesar de ser inocentes.
Éste es otro refrán, como tantos otros en nuestra lengua, en el que la religión se hace presente ya que, en términos religiosos, los "justos" o buenos terminan pagando las consecuencias de lo que hicieron los "pecadores" o malos. (6)
Algo que sucede muchas veces ya que, lamentablemente, la vida no es justa y en ocasiones a todos nos ha tocado ser el «pagano», expresión que en este caso no se refiere a quienes veneraban a divinidades ajenas al cristianismo, sino a su significado coloquial de "persona que paga, generalmente por abuso, las culpas o las cuentas ajenas". (7)
Vamos, el que le toca pagar los convites, aunque sea una simplificación.
Notas:
(1) Seijas Patiño, F. de P. Comentario al "Cuento de cuentos" de Quevedo.
(2) Fraseomanía.
(3) Doval, G. Del hecho al dicho.
(4) Wikilengua.
(5) Refranes cortos.
(6) Significado y origen.
(7) DIRAE.
Imagen: Marcelo Escobar.