A esa impresión que tenemos le llamamos coloquialmente «dar mala espina». A todos nos viene a la cabeza, cuando hablamos de espinas, la desagradable sensación que produce el pinchazo de las púas de algunas plantas como las zarzas o los cactus o de flores como las rosas.
También nos recuerda lo molesto que resulta apartar las partes duras y puntiagudas del esqueleto del pescado o el peligro de que alguna de sus espinas nos pinche en la garganta. La espina tiene también el significado figurado de "pena, desazón o tormento" debido a la iconografía religiosa con la representación de Jesús coronado de espinas como símbolo de sufrimiento.
Expresiones relacionadas son «tener una espina clavada» donde la espina es una pena, dolor o frustración que se tiene hace mucho tiempo y es difícil de aliviar y también «sacarse la espina» con el significado metafórico de desquitarse o tomarse la revancha de algo, pues quien se quita una espina clavada en su cuerpo siente un inmediato alivio que puede ser tanto físico como afectivo. (1)
Hemos dicho que cuando alguien se nos atraviesa y nos cae mal a primera vista no somos conscientes de las razones que nos llevan a que "nos dé mala espina". Científicos e investigadores, sin embargo, sí que conocen las causas de esa sensación que nos alerta sobre una persona a la que acabamos de conocer.
La razón del rechazo se encuentra en la "amígdala", una región del cerebro responsable de las reacciones emocionales instantáneas que percibimos de otras personas.
En este lugar se origina una señal de alerta asociada al instinto de supervivencia frente a posibles situaciones de riesgo e incluso de amenaza (2) ya que la amígdala compara de alguna manera las circunstancias actuales con otras situaciones pasadas, iguales o similares, que ya tiene catalogadas como peligrosas o amenazadoras. (3).
Un rasgo facial, la voz, la forma de hablar... y otras señales que emite esa persona evocan en nosotros recuerdos de experiencias pasadas o personas desagradables con las que nos hemos cruzado en nuestra vida generando una sensación de rechazo que, al ser automática, no es racional sino espontánea e instintiva. (4)
Otras versiones más actualizadas de la expresión "dar mala espina" perciben "malas vibraciones" procedentes de una persona en la que no se confía, y de quien se dice también que "nos da mal rollo", es decir, que nos da una sensación de sospecha o de inquietud.
No solo las personas sino también algunas situaciones nos dan "mala espina", es decir, nos producen recelo o un mal presentimiento. Para ello utilizamos expresiones como «oler a chamusquina» o como «oler a cuerno quemado» .
"Oler a chamusquina" expresa que sospechamos que hay trampa detrás, que barruntamos un peligro porque un negocio o una situación nos da la impresión de que va a acabar mal. Si el olor es "a cuerno quemado" el significado es similar ya que nos hace sospechar que existen intenciones ocultas por lo que no nos podemos fiar.
Ambos modismos parece que provienen de la época los autos de fe de la Inquisición. El "olor a chamusquina" era producido por la quema de libros y escritos sospechosos de herejía, mientras que el "olor a cuerno quemado" hacía alusión a los posibles actos de brujería del sospechoso ya que con los cuernos se representa al diablo y a su representante en los aquelarres, el macho cabrío.
Ni qué decir tiene que de quienes se decía que olían a chamusquina o a cuerno quemado era porque iban a acabar, inevitablemente, en la hoguera, es decir, chamuscados. (5)
En cualquier caso, hay que tener mucho autocontrol para no dejarse dominar por la amígdala cerebral e intentar dar un paso más allá de la mala espina, las malas vibraciones o el mal rollo que alguien nos da porque, a veces, merece la pena darle una oportunidad para conocerle mejor.
O eso, o aquello de "la primera impresión es la que vale". Cada uno que decida.
Notas:
(1) Buitrago, A. Diccionario de dichos y frases hechas.
(2) Saludiario.
(4) Nuevo DiarioWeb.
(5) Doval, G. Del hecho al dicho.
Imagen: Plan de Maestría.
Es curioso la de veces que solemos decir que algo nos huele a cuerno quemado,cuando tenemos desconfianza o sospechamos de que algo raro sucede,cuando en realidad no tenemos ni idea de cómo huele un cuerno quemado por mucho que nos hagamos una idea 🤔😂
ResponderEliminarEsa es una gran verdad, Mimi. El olor a cuerno quemado "se produce precisamente al quemar formaciones epidérmicas (cuernos, pezuñas, lana, pelo, uñas), se debe al contenido de azufre que presenta la proteína queratina, principal componente de estas estructuras"*. Poca gente habrá que haya olido alguna vez alguna de estas cosas cuando se quema y sepa, por lo tanto, cuál es ese olor. 😁
ResponderEliminar* Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF)
Todos hemos dejado alguna vez que nuestra amígdala nos domine para creer que ciertas personas nos dan " mala espina".. deberíamos tener algo más de control sobre ella para no hacer esos juicios rápidos en la gente que nos producen esos rechazos automáticamente solo porque no nos guste su cara,su olor,su ropa, o simplemente por cómo habla sin conocerlos absolutamente de nada. 😊
ResponderEliminarPues sí, Eli. Lo que pasa es que siendo tan pequeña como una canica, lleva el control de las emociones más básicas como el miedo, la rabia o el instinto de supervivencia, lo que nos permite escapar de situaciones de riesgo y peligro. También nos obliga a recordar nuestros traumas infantiles, lo que nos ha hecho sufrir en algún momento. Por eso es tan difícil de controlar la "mala espina" que alguien nos da.
ResponderEliminar