Cierra la puerta que se escapa el gato, ¿se te ha comido la lengua el gato?

La frase que vamos a ver en primer lugar debió de originarse en los tiempos en los que la única calefacción que había en la casa era el brasero y todos se arrimaban a él en una habitación ya que en el resto de la casa se helaba hasta la Campana María. (1) Si alguien, al salir, se dejaba la puerta abierta, se le decía: «Cierra la puerta, que se escapa el gato»(2) 

Hoy sigue siendo una forma humorística de pedir a quien entra en una habitación que cierre la puerta con premura para evitar que la habitación se quede fría, aunque el tiempo y el progreso han provocado que también se utilice en pleno verano para que no salga el frío de una habitación climatizada con aire acondicionado

E incluso se puede extrapolar a otras situaciones como en las que algo es abierto y urge cerrarlo como la puerta de la nevera, el cubo de la basura, la sauna...

Algunos creen que la única finalidad de esta expresión no es otra que humillar a quien llega tarde a un aula, clase, charla o reunión. (3) Quizás no les falte algo de razón aunque me parece un poco exagerado.

En cualquier caso, tampoco es un mal consejo que las puertas permanezcan cerradas para que el recibo de la calefacción o del aire acondicionado no suban más de la cuenta... Aunque también se dan casos de gatos que son auténticos expertos en abrir las puertas de una casa, a veces con más rapidez incluso que los propios dueños. (4)

La habilidad de la que hacen gala estos felinos abrepuertas llega a ser un motivo de asombro tal que algunos se quedan sin habla. lo que nos lleva a otro dicho relacionado con los gatos.

«¿Se te ha comido la lengua el gato?» es una expresión utilizada para enfatizar que alguien está muy callado, bien porque no encuentra las palabras adecuadas o porque no tiene nada que decir. Normalmente se dice para instar a esa persona a que hable o a que participe de la conversación. (5)

También se suele utilizar esta pregunta dirigida a un niño de quien se sospecha que ha hecho alguna travesura y al interrogarle permanece callado con cara de culpable. (6)

Seguro que a muchos nos ha pasado de pequeños, cuando alguien mayor nos preguntaba alguna cosa y, por vergüenza, nos quedábamos callados y aquella persona nos preguntaba si nos había comido la lengua el gato. Nuestra reacción, naturalmente, era sacarle la lengua para que comprobase que no era así.

Las teorías  sobre el origen de esta expresión son tantas que hacen imposible averiguar cuál es la correcta.

Una teoría dice que en la época medieval a los ladrones y malhechores les castigaban cortándoles la lengua y dándosela de comer a gatos, perros o ratones. O que en la antigua Siria les hacían lo mismo a los soldados vencidos, cuya lengua iba a parar a las barrigas de los gatos del rey vencedor. Costumbre parecida se les atribuye a los antiguos egipcios, quienes mutilaban de esta misma forma a mentirosos y blasfemos. (7)

Se cuenta que en los barcos de la Armada Británica se castigaba con el "gato de nueve colas" ("Cat o' Nine Tails"), un látigo fabricado con nueve cuerdas o correas de cuero, a quienes protestaban las órdenes de sus superiores o "se iban de la lengua". Como es natural, el marinero que sufría tan cruel tortura se quedaba literalmente "sin palabras", sin ganas de seguir protestando ni de revelar los secretos que le habían confiado. (8)

Si tengo que elegir, me quedo con esta última interpretación ya que está bien documentado el castigo de flagelación que sufría la marinería británica desde el siglo XVIII, el cual ocasionaba largos periodos de silencio en quien los sufría debido al dolor.

Además el dicho ingles "Cat got your tongue?" es casi idéntico a la versión española por lo que, en este caso, conviene hacer caso de los autores británicos que sitúan el dicho en este periodo de su propia  historia. (9)

Por otro lado, los gatos no suelen comer lenguas humanas, pero sí a la inversa: las "lenguas de gato" son unos deliciosos dulces que toman su nombre de la forma estrecha y alargada de la lengua de los felinos.

Son ideales para acompañar el desayuno, el té o el café de media tarde. O para darse una pequeña recompensa al terminar de escribir -o de leer- una entrada de blog.

Que es, precisamente, lo que voy a hacer yo.

¿Gustáis?

Notas:
(1) Ver "La Campana María, calor forastera, Calicuarto, se caga la perra, orage" en este mismo blog.
(2) Marín Royo, L.M. El habla en la Ribera de Navarra.
(3) Payopedia.
(4) Schnauzi.
(5) BlairCentre.
(6)   El Clemente Inglés.
(8) Gatovago.
(9) Allthatsinteresting.
Imagen: Wikiwand.





2 comentarios:

  1. Vaya castigos más crueles,no sé qué es peor.
    Menos mal que nos quedan las lenguas de gato,para pasar el mal trago 😋

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  2. Son los que hemos visto tantas veces en el cine. Verdaderamente vale más ver la película desde el sofá comiendo lenguas de gato. 😂😂

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