¡Aguarte, pajáro...!

El habla de Torrellas y en general el de Tarazona y su comarca, comparte como no podía ser menos muchas expresiones con otras comarcas aragonesas y con las comarcas vecinas de Ágreda en Soria, Cervera del Río Alhama en la Rioja  y  con Tudela y la Ribera navarra. Esto lo veremos continuamente en muchísimas palabras y expresiones.

En concreto la expresión "Aguarte", que solíamos oir en en el pueblo, y es una contracción de "aguárdate" también es utilizada en La Rioja(1) y en la Ribera navarra (2).

Tenía dos acepciones muy diferentes. La primera cuando estábamos impacientes por hacer algo o cuando hacíamos algo muy deprisa, aguarte significaba simplemente "espérate, que ya falta poco" o "espérate, no corras tanto".

La segunda acepción, sin embargo, era la que más temíamos cuando sonaba en boca de la abuela o de nuestras madres. En este caso se utilizaba como expresión de advertencia severa anunciando un posible castigo o problema. "Aguarte que venga tu padre" era toda una amenaza que no hacía presagiar nada bueno.

Una amenaza que se duplicaba si te decían "aguarte, aguarte..." sin añadir nada más y que nos dejaba temiendo que el castigo, cuando llegara, también sería el doble.

Otra que recuerdo con nostagia es "aguarte que venga" dirigido no a ti sino a alguno que no estaba presente en aquel momento, lo cual te dejaba tranquilo y disfrutando perversamente imaginando la que le iba a caer al susodicho cuando tuviera suficiente valor -o hambre- para regresar de donde estuviera.

Por último, no puedo dejar de nombrar mi favorita: "Aguarte, pajáro" con acento en la segunda "a" ya que sigue la tendencia acentual de otras comarcas aragonesas. Es decir, las palabras esdrújulas se convierten en graves como cantáro "cántaro". Con esta amenaza tan breve, proferida después de que hubiéramos cometido alguna barrabasada, se decía mucho: "Espera que ya te cogeré yo" o "ya te va a llegar la hora". Y, claro está, siempre llegaba...

Seguro que todos nos acordamos de más de una ocasión en la que nuestra picaresca y granujería nos hizo merecedores de un "aguarte un poco".

¿Verdad, pajáros?


Notas:
(1)Diccionario de Riojanismos. Aurora Martínez Ezquerro. Gobierno de la Rioja. http://www.culturaderioja.org/index.php/diccionario/Diccionario-1/A/aguarte-448/
(2) El habla en la Ribera de Navarra. Luis María Marín Royo. Gobierno de Navarra. https://blogs.eitb.eus/tudela/2013/02/19/diccionario-de-tudela-chingar-aguarte-churripampla-chifletear/
Imagen de Susanne Jutzeler, suju-foto, en Pixabay

El que no tiene qué hacer, con el culo caza moscas



Este dicho o refrán, propuesto por Fran, no es exclusivo de Torrellas aunque allí se dice mucho sino que es utilizado en todo nuestro país.

Parece ser en realidad una variante de "cuando el diablo nada tiene que hacer, espanta las moscas con el rabo", que indica que cuando no se tiene ninguna ocupación se dedica el tiempo a cosas inútiles. Este refrán tiene diversos equivalentes en otros idiomas. (1)

Otra versión se vale de un pareado para ser más eufónica: “Cuando el diablo no tiene que hacer con la escoba se pone a barrer”.Se alude, además, a que el gesto nervioso de barrer suele hacerse cuando, en efecto, no se tiene otra cosa mejor que hacer en la casa.(2)

Personalmente me gusta más la versión torrellana por haberla escuchado no pocas veces para referirse a quien realizaba actos absurdos o tareas sin sentido perdiendo su tiempo y haciéndoselo perder a los demás. O incluso provocando discusiones u ocasionando problemas donde no los había. En este caso solía acompañarse de la frase "qué pocos quehaceres tiene..." refiriéndose a que cuando alguien está demasiado desocupado y se aburre, suele acabar haciendo algo malo.

Para finalizar, hay una anécdota contada la bloguera zaragozana Pattyzgz que ilustra perfectamente las tonterías que el aburrimiento o la excesiva ociosidad nos hacen cometer a veces. (3)

Así que la próxima vez que os aburráis, coged la escoba...Al menos haréis algo útil.




Notas:
(3) Pattyzgz. Las pequeñas cosas de mi vida, 17-03-2009
Imagen: Tienemigalacosa, 12-12-2009

Quedar como Cagancho y su macho

A petición de Rafa incluyo este dicho ya en desuso y que  no proviene de Torrellas pero que tiene su historia y su gracia.

Se trataría en realidad del dicho "quedar peor que Cagancho en Almagro" que tiene su origen en "el monumental escándalo que en agosto de 1927 protagonizó en Almagro el torero Joaquín Rodríguez, más conocido como "Cagancho", en una época donde los toros y el teatro eran las grandes aficiones de los españoles". (1)

Parece ser que el torero era capaz de dar lo mejor y lo peor de su arte, de combinar tardes de magnífico e inimitable toreo con otras aciagas "algunas de las cuales acababan en la comisaría de la Guardia Civil, con el torero en prisión preventiva y los toros en el corral". (2)

Aquella tarde fue un desastre. Cagancho se mostró casi en todo momento cobarde, echando a correr hacia la barrera a la primera de cambio. No le fue mejor a la hora de matar, pinchando varias veces sin resultado e incluso teniendo que dar varios descabellos a los dos primeros toros que le tocaron en suerte. Con el tercero la cosa empeoró pues decidió matarlo sin salir de la barrera, pinchando una y otra vez en lugares no permitidos en el arte de la Tauromaquia. Para rematar la faena sus subalternos también se acercaron a pinchar al toro en cualquier parte. Vamos, que "no mataron al toro sino que lo asesinaron". (3)

Cagancho se quedó en  medio del ruedo rodeado de gente que, airada tras la "faena" y hartos de pasar calor y haber pagado muchos una auténtica fortuna en la reventa, le lanzaron toda clase de objetos como botellas, almohadillas y hasta piedras

Tuvo que intervenir la Guardia Civil mientras le llovían golpes por todos lados. Salieron de la plaza como pudieron llevándole al Ayuntamiento de donde más tarde le sacaron a escondidas para que huyese del pueblo porque querían matarlo.

Así que desde entonces se empezó a decir "quedar como Cagancho en Almagro" que viene a ser como pasar por una experiencia bochornosa, hacer el más absoluto ridículo, fracasar estrepitosamente con el agravante de hacerlo en público.

Se dice que Cagancho, fumando resignadamente en el Ayuntamiento de Almagro, se lamentaba diciendo: "Así es la vida. Yo quería quedar bien, pero lo que no pue zé, no pue zé". (4)

Notas:
(1) Leopoldo Bonías. El Periódico de Aquí, 09-02-2019. 
(2) Joaquín Rodríguez, Wikipedia.
(3) Juan de Juan. Historias de España, 06-03-2008
(4) I.Ch. Alamgro Monumental, 2011
Imagen: SER Castilla La Mancha, 12-01-2018

¡Tuba, Tom!


Durante aquellos veranos en Torrellas era normal ver perros por cualquier calle, por la plaza, la carretera o el soto. Los chuchos, ajenos a todo lo que no fuera encontrar algo que llevarse a la boca, iban y venían a su antojo por cualquier lado. Los dueños los dejaban sueltos todo el día y como mucho les daban de comer las sobras de la comida una vez al día y no tenían  con ellos, ni de lejos, las mismas contemplaciones que hoy en día.

Cualquiera que quisiera llamar a un perro para darle algo de comer  o simplemente para que se acercara y se dejara acariciar le decía “¡Tuba!”, palabra que parecía ser la fórmula mágica para que el animal se aproximara a uno para ver si le caía algún hueso o al menos un trozo de pan.

Muchas veces los dueños llamaban a los perros añadiendo su nombre  (el del perro) al “Tuba” pero casualmente todos los perros parecían tener el mismo nombre  o así nos lo parecía a nosotros. “¡Tuba, Tom!”, era una expresión que oíamos siempre que íbamos al pueblo y aplicada a distintos perros.

A mi me daba por pensar que los torrellanos no podían tener tan poca imaginación como para llamar igual a todos los perros del pueblo pero con el transcurso del tiempo aquello se convirtió en un misterio sin solución.

Tantísimos años después de aquellos tiempos y gracias a Google, he podido descubrir que la voz “¡Tuba!” para llamar a los perros no es exclusiva de Torrellas sino que se emplea en otros muchos lugares de nuestro país, bien para darles de comer o para arrearles si es el caso.

Manuel Alvar, de la Real Academia Española (1)  afirma que “¡Tuba!” sería una corrupción del imperativo “¡Toma!” pues es habitual llamar a los perros para darles algo. Además, en un estudio realizado sobre los sonidos asociados a los diferentes animales, se ve que en español asociamos a los perros las vocales o y u y la consonante t (tuba) y que en los nombres de perro es frecuente también el uso de estos sonidos, por asociación inconsciente (Tom).

Así que, misterio resuelto. “Tuba, Tom!” es una expresión perfectamente válida para dirigirse a un perro en Torrellas o en cualquier otro lugar de España y así está avalada por  estudios lingüísticos. Sin embargo, cuando he intentado llamar con el “¡Tuba!” a perros de otros lugares como en el Pirineo me han respondido en general con total indiferencia.

Se ve que no estaban instruidos en el habla torrellana.


Notas


¡Équilicua!


 Imagen de meineresterampe en Pixabay
No podía uno sentirse más ufano que cuando habiendo realizado algo a satisfacción de la abuela o de nuestras madres, o tras haber comprendido una explicación que nos habían dado, expresaban su aprobación con esta interjección que da nombre al blog.

Aunque siempre la he asociado por completo con Torrellas, se utiliza en toda España y en buena parte de América para indicar que has dado en el clavo. Pero lo más curioso es que esta expresión no es española sino de origen extranjeroEtimológicamente viene del italiano "Eccolo qua!" que podríamos traducir como "Helo aquí" o "Aquí está". Esta expresión, a su vez, vendría del latín, a partir de ecce (he aquí) y del relativo qui, quae, quod. (1)
¡Ahí es nada! ¡Los torrellanos hablando lenguas extranjeras y además con pedigrí latino!
¿Cómo llegaría esta palabra al habla de Torrellas? Rafael Andolz la recoge en su diccionario (2) como "equelicua" con el significado de "eso es, ciertamente, exactamente", y aunque no aparece en el diccionario de la R.A.E. en su cuenta de Twitter la comparan a la expresión francesa "Voilà!" y a aquella que utilizaba en sus trucos de magia Juan Tamariz, "¡Tachán!". (3) 

Parece ser que "equilicua" proviene del Cocoliche, (4) la  jerga de los inmigrantes italianos que mezclaban su habla con el español especialmente en Argentina y Uruguay.  Aunque el Cocoliche prácticamente ha desaparecido, nos ha dejado unas cuantas palabras especialmente en el lenguaje hablado. Entre ellas birra (cerveza), que se sigue empleando ampliamente hoy en día.

Notas
(1) http://hombrerefranero.blogspot.com/2012/08/equilicua.html
(2) Andolz, R. Diccionario Aragonés. Editorial Librería General, 1977.
(3) https://twitter.com/raeinforma/status/1027904766041571328
(4) http://palabrasenextincion.blogspot.com/2014/01/ecole-cua-equilicua.html
Imagen de meineresterampe en Pixabay














(D)estripafilas


Según el Diccionario Aragonés de Rafael Andolz (1), una “fila” es “una porción de tierra con que se corta el agua cuando se está regando”. También puede ser “una acequia pequeña de agua” o “una tajadera de acequia”. Desde luego no anda desencaminado y no en vano tenemos en Torrellas la famosa “Filajona” una acequia de riego que no es nada pequeña por cierto y en la que a veces, de pequeños, nos entreteníamos levantando y bajando la tajadera.

Parece ser que en la comarca de Tarazona le llaman "(d) estripafilas" a los agujeros que hacen los topos que permiten que se escape el agua de riego entre las filas. Se dice así, obviando la “d” no por falta de cultura sino porque en el habla de la comarca se suele cambiar el prefijo “des” por “es”.(2) Otro ejemplo que recordaremos es cuando a alguien se le había “esvinagrado la comida” para expresar que tenía acidez estomacal o cuando se "esvinagraba el vino" echándose a perder.

La abuela nos lo llamaba cuando nos veía mal vestidos o mal arreglados. Cuando oía lo de “estripafilas”, me venía a la mente  la imagen de Cantinflas, el actor cómico mexicano que con sus caídos pantalones y su descuidado aspecto decía verdades como puños. Sus películas eran toda una crítica social pero entonces no lo sabíamos y nos hacían mucha gracia.

Seguramente la abuela no pensaba en Cantinflas en absoluto, sino en que no nos pareciéramos a quien para regar la huerta se ponía la peor camisa y los peores pantalones sin preocuparse en absoluto de su aspecto sino de realizar su trabajo, de “estripar” la fila, abriendo o cerrando la tierra para dirigir el agua adonde fuera conveniente.

Y para que estuviésemos “pinchos” y ”esclarecidos”, expresiones de las que hablaremos otro día.


Notas
(1) Andolz, R. Diccionario Aragonés. Editorial Librería General, 1977.
(2) Gargallo Sanjoaquín, M. Notas léxicas sobre el habla de Tarazona y su comarca. Institución Fernando el Católico, 1985.