La tripa y sus dichos (4): entrañas, istentinos, hacer de tripas corazón, echar las tripas, revolver las tripas, tener estómago

Se dice de alguien que es muy "visceral" cuando experimenta reacciones emocionales muy intensas o se deja llevar por ellas. Este adjetivo deriva de "víscera", cada uno de los órganos contenidos en las principales cavidades del cuerpo humano.

Desde antiguo se consideró que las "entrañas", otra forma de referirse a las vísceras, controlaban de alguna manera las reacciones emocionales. Esto se aplicaba en especial a las vísceras del aparato digestivo. La ciencia moderna ha demostrado que no es así, sino que es el cerebro el órgano que domina nuestras emociones.

Sin embargo en la cultura popular y en muchos dichos y refranes se considera que las entrañas afectan a la voluntad y al ánimo de las personas para bien o para mal. De ahí que se hable «tener buenas o malas entrañas»  o de «no tener entrañas», lo que implica ser perverso y cruel.

A los «istentinos», forma coloquial de Torrellas y de su comarca de llamar a los intestinos, se les llama también por abreviar las "tripas". Sabemos que con "tripa" nos referimos también, por extensión, al vientre o parte externa del abdomen, en especial cuando es abultado, es decir, la barriga o la panza. Algunas veces la expresión "istentinos" se emplea con el significado de malas tripas. De ahí que se diga: «¡Qué istentinos tiene el tío!», para referirse a alguien despiadado o cruel. (1)

Las "tripas" han generado asimismo un buen número de expresiones muy usuales no solo en Torrellas sino en general en todo nuestro país. Por ejemplo, «hacer de tripas corazón», expresión ya documentada en el siglo XVI con el significado de sacar fuerzas de donde no hay para realizar algo, en especial si es desagradable o indeseable. (2) Se trata, en definitiva, de disimular el miedo, el cansancio o el sentimiento de tristeza para seguir actuando con normalidad«Su padre había muerto el día anterior, pero él, haciendo de tripas corazón, no faltó a su trabajo». (3)

Uno también puede «echar las tripas» -tambien se dice "echar los hígados" o expresiones similares- cuando realiza un esfuerzo extraordinario. Esta expresión hiperbólica se emplea por quien tanto se esfuerza que tiene la impresión de que las vísceras se le escapan con el aliento (4): «la cocina estaba tan sucia que he echado las tripas para limpiarla».

De la misma manera se emplea la expresión «revolver las tripas» cuando algo causa tanto asco y repugnancia que se sienten náuseas o ganas de vomitar. Puede referirse a una sensación de disgusto o de enorme incomodidad tanto física como moral«se me revuelven las tripas por las salvajadas que dicen».

Terminamos con «tener estómago», expresión aplicable a quien aguanta toda clase de situaciones desagradables, incluso vomitivas y nauseabundas, para la inmensa mayoría de las personas«Hay que tener estómago para ser médico». Por el contrario, «no tener estómago» para hacer algunas cosas significa que no se soportan o no se tiene valor para afrontarlas«no tengo estómago para comer insectos».


Notas:
(1) Marín Royo, L.M. El habla en la Ribera de Navarra.
(3) (4) Buitrago, A. Diccionario de dichos y frases hechas.
La base para escribir esta entrada proviene de la web Fraseomanía.
Imagen: Español con humor.















La tripa y sus dichos (5): estomagar, agrior, esvinagrar, rayadas, retorcijones, torzón, no tener ni tripa ni cuajar, después de mi tripa llena descansa mi corazón

He dejado para el final, como siempre que debo escribir varias entradas sobre un tema, las expresiones y dichos relacionados con la "tripa" que me parecen más genuinamente torrellanos.

Cuántas veces le oí decir a la abuela que no podía «estomagar» a alguien equiparando ese sentimiento con la indigestión o el empacho que provoca algún alimento. Y es que con dicho verbo quería decir muchas cosas: que alguien le causaba molestia, incordio, aburrimiento, fastidio, desgana, pesadez, enojo... o todas esas sensaciones al mismo tiempo. (1)

La expresión en afirmativa significa que se puede sobrellevar, soportar o tolerar a una persona pero en negativa implica que se le tiene manía o incluso odio«me estomaga que siempre se esté quejando». (2)

Después de ingerir alimentos a veces algunos torrellanos experimentan un «agrior», sensación muy desagradable que les sube a la boca desde el estómago. La cualidad de dulce se conoce como "dulzor"  pero no existe en castellano la cualidad de agrio, o "agrior", por lo que podríamos considerar la expresión como genuinamente aragonesa. (3)

También se dice, cuando los jugos gástricos hacen reflujo y se siente la sensación de acidez en la garganta y en la boca, que se tiene el estómago «esvinagrao» y también que «se me ha esvinagrao la comida». (4) Todos hemos percibido alguna vez cuando un alimento está "avinagrado" por contener vinagre o porque se ha echado a perder y comprendemos perfectamente la expresión torrellana.

También se puede sufrir de «rayadas», (5) dolores muy fuertes y repentinos de tripas, que suelen producir diarreas. Rayar una superficie es realizar incisiones en ella, de modo que quizá pudiera haber una similitud con dicha acción. Parecido significado posee tener «retorcijones» (6) de tripas o fuertes dolores de vientre a causa de una indigestión

Otra expresión para referirse a un cólico o a dolores fuertes de tripas cuando lo que se come te sienta mal es «torzón» (7). Esta expresión nos hacía sonreir cuando la escuchábamos, siempre y cuando no la experimentásemos en propia carne«No comas tanto, que te va a dar un torzón», solían decirnos. Tanto "retorcijón" como "torzón" hacen referencia a un retorcimiento que experimentase uno en la zona abdominal.

De quien se consideraba que estaba muy delgado se decía que no tenía «ni tripa ni cuajar» (8). El "cuajar" es la última de las cavidades en que se divide el estómago de los rumiantes. Estar delgado se considera hoy sinónimo de salud pero el dicho "ni tripa ni cuajar"  ni antes ni ahora sería considerado elogioso ya que se aplica, como recuerda el diccionario,  a quien está muy consumido y flaco. (9)

Con tantos dichos sobre la tripa, me ha entrado hambre. Eso me recuerda un dicho de la abuela y de nuestra madre que es una verdad como un templo:

«Después de mi tripa llena, descansa mi corazón».

Y es que, una vez saciado el apetito, uno se siente satisfecho y feliz. Pues lo primero es cubrir las necesidades del cuerpo para después poder gozar de mejor disposición para dedicarnos a satisfacer las necesidades del espíritu.


Notas:
(1) Definiciona.
(2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) Marín Royo, L.M. El habla en la Ribera de Navarra.
(9) EsAcademic.
Imagen de silviarita en Pixabay.






















Pupa, más desgraciao que el Pupas

Cuando los niños pequeños quieren dar a entender un mal o un dolor que no saben explicar, dicen que tienen «pupa». También se designa con esta palabra a la costra de las heridas ya que proviene del latín "buba" = erupción o postilla. (1)

Haciendo uso de este significado, solemos identificar a alguien como «un pupas» cuando nos parece el colmo de las desgracias, algo así como un imán que parece atraer accidentes y enfermedades quedando señalado por todo tipo de llagas y heridas. Por extensión, también es quien no tiene suerte en la vida pues le sale mal todo lo que intenta. En pocas palabras, el arquetipo del infortunio personal. (2)

No es extraño que utilicemos la exageración «más desgraciao que el Pupas» para referirnos a quien le pasa de todo pareciendo que todas las desgracias se ceban en él. Como en otros dichos y frases hechas, esta comparación nos remite a un personaje simbólico, «el Pupas», como en otros casos que hemos visto o veremos: Abundio, el tonto; Calleja, el cuentista; Carracuca, el listo; Maricastaña, la viejísima; Picio, el feo... etc. Y se suele ilustrar con añadidos como "más desgraciao que el Pupas, que se cayó de espaldas y se partió la picha" expresando así que es imposible tener más mala suerte. (3)

Sin embargo, en este caso "El Pupas" podría estar basado en un personaje real, un célebre médico y ocultista español de finales del siglo XIX. Gérard Encausse, más conocido por su pseudónimo "Papus", escribió más de 150 obras algunas de las cuales se consideran fundamentales en el ocultismo moderno. Fue consejero de los Zares de Rusia antes que Rasputín. (4)

También recorrió Europa haciendo ostentación de auto martirio y de sacrificios que él mismo se imponía. De ahí que, posiblemente, su pseudónimo acabara convertido en "Pupas" en nuestra lengua. (5)

Asímismo cabe en lo posible que su fama originara la variante "ser más conocido que el Pupas", aplicado a quien es muy popular, tiene muchas amistades y no cesa de pararse a hablar con todo aquel que se cruza en su camino. (6)

Los aficionados al fútbol saben también que al Atlético de Madrid le suelen llamar "El Pupas" por una famosa frase de Vicente Calderón en la Final de la Copa de Europa de 1974, contra el Bayern de Munich en Bruselas. (7)

Pero eso, es otra historia.

Notas:
(1) Celdrán, P. El Gran Libro de los Insultos.
(3) Ayala, H. La hipérbole popular: los más y los menos. Universidad de Rennes 2 Haute Bretagne.
(5) Buitrago, A. Diccionario de dichos y frases hechas.
(6) Doval, G. Del hecho al dicho.
(7) El País.
Imagen de congerdesign en Pixabay








La tripa y sus dichos (1): tumbarse a la bartola, triparriba, tripabajo, echarse triparriba

Conviene comenzar esta entrada con un dicho muy generalizado en nuestro país como es «tumbarse a la bartola». La palabra «bartola» tenía en castellano antiguo el significado de «tripa, barriga, estómago, buche o panza», términos que tendemos a utilizar como sinónimos aunque no lo sean. 

La procedencia de la expresión tendría lugar en la celebración de San Bartolomé, que se celebra el 24 de agosto. Para esa fecha las cosechas terminaban y comenzaba un periodo de descanso y festejos hasta que, unos días después, diese comienzo la vendimia. (1) 

Por esa razón, «tumbarse a la bartola» viene a significar descuidar o abandonar el trabajo, quedándose libre de toda inquietud y preocupación. Y se suele hace equivaler con tumbarse «triparriba», con la barriga a la vistaBartola proviene del nombre propio Bartolo, abreviatura de Bartolomé, que se solía asociar a las personas holgazanas.(2)

Parece que el dicho fue acuñado en el siglo XV por los Humanistas jurídicos que se referían así, peyorativamente, al método de trabajo desorganizado, improvisado y falto de rigor de Bártolo de Sassoferrato y su escuela jurídica. (3)

Lo que no se le puede exigir a Bartolo es que permanezca continuamente «triparriba», es decir, en decúbito supino o boca arriba. También tiene derecho a tumbarse, si lo prefiere, «tripabajo», en decúbito pronoboca abajo«Triparriba» se suele utilizar también con el significado de desorden o desbarajuste«Llegué a casa sin que me esperasen y los hijos tenían sus habitaciones triparriba». (4)

«Echarse triparriba» también significa en Torrellas exagerar y se suele emplear cuando el precio que piden por algo es desmesurado«La casa que vendían estaba muy bien pero se echaron triparriba pidiendo». (5)

Nos quedan unos cuantos dichos y dicharachos torrellanos más relacionados con la tripa que veremos en próximas entradas

Pero como el trabajo de hoy ya está hecho, voy a hacer como Bartolo.

Notas:
(2) Doval. G. Del hecho al dicho.
(3) Raíces de Peraleda.
(4) (5) Marín Royo, L.M. El habla en la Ribera de Navarra.
Imagen: Didàctica del Patrimoni Cultural.
Imagen: SpanishDict.







La tripa y sus dichos (2): como el que tiene tos y se arrasca la barriga, al que le pique que se arrasque, rascarse la cabeza, no hay nada que rascar, rascarse la barriga, tocarse la tripa

Muchas veces hemos escuchado una frase muy humorística de Torrellas«como el que tiene tos y se "arrasca" la barriga», aplicado a algo que es inútil o inadecuado. Sería algo así como recoger el agua en un canasto, es decir, una acción absurda o un despropósito. No se sabe el origen del dicho, ni si en algún lugar tendrá eficacia el remedio, pero hasta ahora solo se ha demostrado que se alivia el picor de la barriga pero no la tos, lamentablemente.

En el habla de Torrellas, como en la de otros muchos lugares de Aragón y de la Ribera navarra es típico añadir prótesis a determinadas palabras. De ahí arrascar por rascar, apegar por pegar, arradio por radio, arrodear por rodear, etc. (1)

A propósito de «arrascarse», o frotarse fuertemente la piel con las uñas, otro dicho del pueblo es «al que le pique que se arrasque». Se utiliza de forma desafiante cuando estás decidido a hacer o decir algo que das por hecho que puede molestar a alguien. Ese alguien tendrá que soportarlo, "rascarse" si le pica, porque tú vas a hacerlo de todos modos. (2)

Algo propio del lenguaje no verbal y que muchos de nosotros realizamos por imitación desde pequeños, es «rascarse la cabeza». Con este gesto, que compartimos con los primates, manifestamos duda o indecisión, algo que nos estamos preguntando. (3)

Puede que lleguemos a la conclusión de que "no hay nada que rascar", es decir, que no se puede obtener provecho o beneficio de algo: "Vámonos, que aquí no hay nada que rascar".

Antiguamente las monedas se fabricaban en oro y plata y sus bordes eran lisos. No faltaban quienes los limaban para obtener un polvillo que luego fundían para obtener una pequeña pieza de dichos metales. Esta práctica defraudatoria pasaba muchas veces desapercibida pero finalmente se optó por hacer ranuras o grabar alguna leyenda en los bordes, con lo que sería sencillo detectar a simple vista si las monedas estaban limadas o cortadas, es decir, rebajadas en parte de su valor o su peso en metal precioso.

Hoy en día se ha mantenido por estética la costumbre de los cantos estriados aunque las monedas actuales llevan una parte muy pequeña de metales nobles. De ahí el dicho, «Aquí no hay nada que rascar». (4)

Vamos a terminar como hemos empezado, «rascándonos la barriga». Esta expresión significa holgazanear, hacer el vago, descansar sin hacer absolutamente nadaTradicionalmente se suele representar al vago tumbado y rascándose la barriga, pesada tras una abundante comida. (5)

Finalmente mencionaremos que cuando alguien es reacio a hacer algo que se le solicita, en Torrellas se le dice  «No tienes otra tripa que rascar». Con dicha expresión se le dice que se deje de excusas que no son reales y que haga lo que se le pide. Del mismo modo, alguien puede responderte así: «Sí, claro, no tengo otra tripa que rascar» para negarse irónicamente pero con contundencia a realizar lo que se le requiere.

Termino aquí; hasta la próxima entrada me quedo "tocándome la tripa", es decir, no haciendo nada, pues ya me lo he ganado.


Notas:
(1) Marín Royo, L.M. El habla en la Ribera de Navarra.
(4) Doval, G. Del hecho al dicho.
(5) Buitrago, A. Diccionario de dichos y frases hechas.
Imagen: Twitter Heraldo.







La tripa y sus dichos (3): triporra, tripa, tripero, tripada, panzada, ¿qué tripa se te ha roto?, apéndiz

A los que tienen barriga se les dice en Torrellas que van «echando triporra» y también que van «enseñando la triporra» si llevan una camiseta tan corta que no alcanza para cubrir su panza. (1)

También una pared «tiene tripa» cuando no está vertical a peso y tiene abultamientos. (2) Al tragón, glotón, tragaldabas...que le gusta mucho comer le llaman «tripero» (3) y se le dice  «tripada» (4) o «panzada» (5) al atracón que se da.

Cuando uno se tira al agua y en vez de entrar de cabeza lo hace plano y de tripa se dice también que se ha dado una «tripada», refiriéndose al golpe que se da con la tripa en el agua y al característico sonido que se produce. (6)

No se tiene noticia de que una «tripada» haya ocasionado nunca una lesión grave a nadie. Sin embargo, no debería sorprendernos si un torrellano, cuando a alguien le sucede algo a causa de lo cual necesita ayuda, en lugar de preguntarle "¿qué te ha sucedido?" o ¿qué problema tienes" le dice, un tanto desabridamente«¿Qué tripa se te ha roto?». (7)

El origen de esta curiosa expresión no está claro; puede que haga alusión a la apendicitis, inflamación del apéndice situado entre el intestino delgado y el colon que hace necesaria su extirpación mediante tratamiento quirúrgico. (8) En Torrellas y en otros muchos lugares de Aragón y de la ribera Navarra, se dice coloquialmente que te tienen que operar del «apéndiz» o de la «pendiz»Antiguamente se creía además que algunas vísceras y las secreciones que éstas producían, denominadas precisamente "humores", regulaban los estados de ánimo de la persona. (9)

Respecto a las vísceras y a los significados metafóricos para expresar estados de ánimo y emociones diversas hablaremos en otra entrada.

Por el momento aquí lo dejo porque no hacen más que llamarme por teléfono. Voy a ver qué tripa se les ha roto.


Notas:
(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) Marín Royo, L.M. El habla en la Ribera de Navarra.
(8) Mayo Clinic.
(9) Buitrago, A. Diccionario de dichos y frases hechas.
Imagen: Radio Carolina.








Como si me hubiera dejao una riada, como si me hubieran dado una paliza, ¡cómo no se lo llevará un aguaducho!

Miles de hectáreas de cultivo anegadas, carreteras y líneas de ferrocarril destrozadas, multitud de animales ahogados o muertos de hambre al no poder ser alimentados, ahogamientos de muchas personas que se ven sorprendidas en granjas aisladas... son algunas de las consecuencias de las inundaciones producidas por una riada

Y no acaba ahí la cosa ya que, después de que el río salga de su cauce y pase la inundación, viene la inmensa tarea de limpieza, de las tierras, ramas, piedras y restos de suciedad que éste ha dejado más allá de sus orillas y que forman un paisaje dantesco.

Esta introducción me parece necesaria para visualizar el significado de un dicho de Torrellas utilizado cuando uno se encuentra exhausto tras una jornada agotadora, después de sufrir una enfermedad o tras haber pasado por una situación que ha requerido de toda su fuerza, su voluntad y su energía para llevarla a cabo. 

Se dice entonces que «parece que me ha dejado una riada» ya que tiene uno la sensación de haber sido vapuleado, machacado, molido... sin ganas más que de estar echado y de que no le molesten. Otro dicho similar y muy gráfico es «parece que me han dado una paliza» ya que se tiene la sensación de que te duele todo y de que tu cuerpo no responde.

A la crecida de un río se le llama en Torrellas «aguaducho» y la misma terminación de la palabra, un aumentativo despectivo, da idea de su significado. Y eso que proviene del latín aquaeductus=acueducto. (1) La abuela decía en muchas ocasiones «¡cómo no se lo llevará un aguaducho!» con lo que le deseaba a la persona blanco de su iras que se lo llevara una riada y apareciera en la desembocadura del río por lo menos.

Hablando de riadas, es bueno recordar las grandes inundaciones del Ebro en la Zaragoza de los siglos anteriores: 1643, 1775, 1871 y 1961. En esta última, considerada la riada del siglo,  yo era muy pequeño y no la recuerdo. Se empezó a manifestar en la Nochevieja de 1960 y se prolongó sin apenas descender la inundación hasta el 7 de enero.

Los barrios de la margen izquierda, Arrabal, Ortilla, Ranillas y Jesús, aún poco desarrollados, tuvieron que ser evacuados. En la margen derecha las aguas llegaron hasta la Industrial Química de Zaragoza, una fábrica ya desaparecida que se encontraba en el corazón del actual barrio de La Almozara.

Se tuvieron que realizar muchos rescates con los barqueros del Ebro, el Regimiento de Pontoneros, los bomberos y los helicópteros de la base americana, que se acababa de instalar. Las personas afectadas tuvieron que alojarse en casas y albergues y más adelante debieron de recibir ayudas para la reconstrucción de sus casas. (2)

En fin, un poco de historia para ilustrar estos dichos torrellanos y para desear que no tengamos nunca la mala suerte de que se nos lleve un aguaducho.


Notas:
Imagen: De Zaragoza al Zierzo. La riada de 1643 arrasó los dos pilares centrales del Puente de Piedra, tal y como lo pintó dos años después Juan Bautista Martínez del Mazo.









El baile (de) San Vito

Cuando éramos pequeños éramos muy inquietos e incapaces de estar parados en un lugar. Los mayores solían decirnos, medio en broma medio en serio: «¿es que no puedes quedarte sentado? Me estás poniendo nervioso. Parece que tienes el baile (de) San Vito».

Ellos entendían que, como niños que éramos, al igual que las crías de otros mamíferos, teníamos que ser más inquietos y activos que los adultos, algo que forma parte de nuestra naturaleza, del crecimiento y del aprendizaje.

Sin embargo, su preocupación por nosotros hacía que se preguntasen con cierto desasosiego si no tendríamos en realidad "el baile de San Vito", temida enfermedad caracterizada por los movimientos bruscos e involuntarios.

El baile de San Vito es el nombre vulgar para hacer referencia a las enfermedades de Corea de Sydenham y Corea de Huntington, que se caracterizan por un deterioro del sistema nervioso que produce convulsiones y movimientos espasmódicos y que atacan en especial a niños y adolescentes. En la actualidad solo afecta a un millar de personas en todo el mundo, pero durante la Edad Media estaba bastante más extendida. A aquellos que la padecían se les acusaba de estar poseídos y eran mandados a la hoguera para ser quemados. (1)

Durante la época medieval la gente solía invocar a San Vito, un mártir que murió en el año 303 y al que algunas teorías atribuyen el “milagro” de curar la epilepsia del hijo de Diocleciano, enfermedad cuya sintomatología presenta también espasmos y convulsiones.

Otros autores aseguran que San Vito sufría convulsiones y espasmos debido a las torturas a las que fue sometido durante su martirio: fue torturado en aceite hirviendo cuando solo era un niño. (2)

También se dice que la denominación "baile de San Vito" proviene de las danzas que se realizaban durante la festividad de San Vito en honor del santo.

Es curioso que el nombre clínico Corea -que denomina ambas enfermedades- viene del griego khoreia=baile. Por ello, todas las afecciones que presenten movimientos involuntarios e irregulares de pies y manos están representados bajo este mismo nombre. (3)

San Vito es también el patrón de los bailarines, quizá por las razones de las que hemos hablado, aunque la historia y los síntomas de la enfermedad poco tienen que ver con el carácter festivo de un baile. (4)

Notas:
(1) Blogs 20 minutos.
(2) (4) Mia Revista.
(3) Vix.
Imagen: Peregrinos bailando el baile de San Vito. Música Antigua.



La velocidad y la lentitud (7): ¡que la están peinando!; tranquilidad y buenos alimentos; vísteme despacio, que tengo prisa; pillar el toro

«¡Un momentico, que la están peinando!». Cuántas veces habremos escuchado esta exclamación pidiendo paciencia cuando alguien apremia o mete prisa a otra persona para que finalice un asunto o una tarea. 

El origen de la expresión proviene de la lengua de germanías del siglo XVI  con el que se decía "peinar la baraja" a lo que hoy entendemos por "barajar". Había que barajar los naipes despacio, entremezclándolos como el peine y el pelo, para evitar las trampas y las suspicacias en el juego. El jugador que iba perdiendo trataba de apresurar al que barajaba despacio para tratar de recuperar lo antes posible lo perdido. De ahí surgió el dicho, para pedir paciencia a los jugadores que increpaban al que tenía que repartir las cartas. (1)

Un consejo que solían dar los médicos a muchos de sus pacientes era «tranquilidad y buenos alimentos» con las que les recomendaban que no incurrieran en acciones o en comportamientos que perjudicasen su salud, sino que se lo tomaran con sosiego dejando a un lado la angustia, la preocupación, el nerviosismo o cualquier otra perturbación negativa del estado de ánimo. (2)

Con el tiempo la frase vino a ser una especie de "mantra" para sosegarnos cuando tenemos que enfrentarnos a situaciones tensas o complicadas.

Otro dicho popular, muy cuestionado respecto a su origen es «vísteme despacio, que tengo prisa». Galdós adjudica en sus Episodios Nacionales al Rey Felón la paternidad de esta frase. Según el escritor, Fernando VII la dirigió a su ayuda de cámara cierto día en que éste no acertaba a colocarle bien las ropas

Carlos III o Napoleón Bonaparte son otros candidatos propuestos a su autoría, aunque el verdadero origen de la misma parece estar, según el historiador romano Suetonio en el "apresurate lentamente" que dirigía el emperador Augusto a sus ayudantes. (3)

En cualquier caso, empleamos esta frase para señalar que la excesiva prisa, la precipitación, a veces no ayuda a adelantar una tarea, sino que muchas veces la retrasa y la echa a perder. (4)

Escribiendo, escribiendo se me ha pasado el tiempo volando y tengo más cosas que hacer. En pocas palabras, «me ha pillado el toro». De indudable origen taurino, utilizamos este modismo para indicar que se nos ha terminado el plazo o el tiempo para realizar algo, con las consecuencias negativas que ello comporta. (5)

Y eso nos pasa por dejar para el último momento lo que debemos hacer.


Notas:
(4) Buitrago, A. Diccionario de dichos y frases hechas.
(5) Léxico.
Imagen: La Caja de Pandra.











































Dichos para una pandemia (4): Bulo, bola, ponerse malo

Con esta entrada y las siguientes quisiera contribuir de alguna manera a que el miedo al virus que nos inoculan los creadores y transmisores de bulos en esta grave crísis ocasionada por la pandemia del Covid-19 no cause más daño que el propio virus.

Para comenzar diré que esta bien orquestada campaña de noticias falsas difundidas con la clarísima intención de causar miedo, división, desprestigio y de pescar en río revuelto, me causa una gran indignación

Vamos,  que «me pongo malo», como se dice en Torrellas, en Aragón y en regiones circundantes (1) y que no es precisamente enfermar sino disgustarse o enojarse.

Los bulos y la difusión de noticias falsas son tan antiguos como la Humanidad. Uno de los más famosos que se recuerdan tuvo lugar la noche del 18 al 19 de julio del año 64 durante el incendio de la ciudad de Roma. La arqueología ha demostrado que el incendio fue fortuito pero en aquel momento fue atribuido falsamente a Nerón, que además no se encontraba en la capital sino en Antium, a muchos kilómetros de allí.

Fue pues un bulo achacarle que cantaba un poema sobre la caída de Troya y tañía la lira mientras contemplaba Roma en llamas. Es incluso posible, según algunos historiadores, que los autores del incendio fueran cristianos exaltados lo que habría dado motivos a Nerón para la persecución a la que los sometió. Pero eso, es otra historia. (2)

El vocablo «bulo»  podría provenir para la R.A.E. del caló "bul" que significa, precisamente, porquería. (3) La verdad es que no me causa sorpresa pues cuando hacía la "mili" -allá por el Jurásico Superior- muchos de mis compañeros, gitanos y quinquis ellos, solían llamar así al culo. Una frase muy típica que decían era "le van a dar por el bul de Estambul". Ni qué decir tiene que la maravillosa ciudad turca solo se añadía por razones de rima humorística.

Construir un bulo y ponerlo a circular en estos tiempos en que cualquier cosa que se ve en internet o en las redes sociales se toma por buena, es tan fácil como hacer rodar una bola o una pelota. Cuando la bola encuentra la pendiente adecuada, esto es, los diferentes canales o redes sociales que utilizamos, se va haciendo más y más grande, como la bola de una avalancha de nieve y ya es muy difícil detenerla.

«Bola» es, por ello, una magnífica palabra de las muchas que tiene nuestra riquísima lengua para llamar a una mentira, una falacia o un embuste. Recuerdo que de pequeños jugábamos a un juego que se llamaba «correr la bola» que, aunque más inocente que las actuales cadenas de bulos de las que hemos hablado, consistía también en cierto modo en lo mismo: acercábamos nuestros labios al oído del más cercano para decirle en voz baja algo que otro no quería que se supiera instándole al final a que se lo repitiera al siguiente diciendo «¡que corra la bola!»

Y la bola corría, claro, corría...

Notas:
(1) Marín Royo, L.M. El habla en la Ribera de Navarra.
(2) XLS. 
(3) DLE. RAE.
Imagen de Roland Schwerdhöfer en Pixabay